El EDF Logroño vive una curiosa contradicción. Es un club humilde con apenas 13 años de vida, pero logró el ascenso hace apenas tres temporadas. El mismo año en que está sufriendo lo indecible por mantener la categoría ha disputado una histórica final de Copa de la Reina y ha firmado un acuerdo con DUX para formar parte de su accionariado. Si el fútbol femenino español está creciendo de forma considerable en los últimos años, el equipo riojano es el mayor reflejo posible.
Sin duda, una de las futbolistas que han vivido esta revolución con mayor intensidad es Lorena Valderas (Eibar, 1994). En el club desde hace seis años, en una de las tres únicas supervivientes de la última campaña en Segunda División. “En Segunda había un proyecto muy bonito, la verdad. El objetivo era el ascenso, pero fue difícil. Nos costó tres años. El primer año en la élite lo vives con ilusión. Una vez lograda la permanencia, el club ha tenido que mejorar muchas cosas a marchas forzadas. Aprendizaje, medios, infraestructuras… Una cosa en contra que tenemos en la Rioja es que prácticamente no hay campos, sobre todo de hierba natural. El club ha trabajado muchísimo para que tuviésemos todas las facilidades”, nos explica la jugadora guipuzcoana, que ve muy positiva la llegada de DUX, un equipo de eSports que cuenta con Thibaut Courtois o Borja Iglesias como dueños.
“Vamos a dar un salto increíble, porque tenemos la desventaja de no tener el refuerzo masculino de un club grande. Al final somos una escuela de fútbol que dos amigos crearon hace unos 10 años. Hay que pensar que económicamente estás compitiendo con plantillas que valen dos millones de euros. Vamos a crecer como club, imagen, mayor facilidad para que gente de fuera pueda venir… Como una jugadora que lleva tiempo en el club, alegra ver cómo el EDF va creciendo y cómo se involucra en la sección femenina”, señala. La noticia llegó un día entre semana, casi de madrugada. “A nivel mediático fue una bomba. Ese día teníamos todas el móvil que decíamos: ¡Que está pasando!” recuerda entre risas.
En una Primera Iberdrola que crece cada año, Lorena cree que es importante que los clubes pequeños cuenten con este tipo de impulso. “Es algo ilusionante, ya no solo porque sea tu club, sino porque es la demostración de que la gente se está interesando por el fútbol femenino. Marcas, gente apostando, patrocinadores que quieren entrar. Es muy bueno ya no solo por lo que nos queda por vivir, sino por las niñas que vienen ahora por detrás que van a poder disfrutar de lo que nosotras no hemos tenido”. Algo está cambiando en el fútbol femenino español, que amenaza con ser dominado por los clubes con grandes presupuestos, al tiempo que modestos como UDG Tenerife, Madrid CFF, Sporting de Huelva o el propio EDF Logroño tratan de hacerles la contra: “Nos creamos un prototipo de Liga en la que los clubes con más nombre, los que tienen dinero o respaldo masculino, son los que tienen que estar. Y no, en el fútbol femenino es todo lo contrario. Los que trabajan las bases, cuidan la cantera, miman a las jugadoras y son clubes cercanos son los que más cosas consiguen. Es necesario que los clubes pequeños se refuercen con patrocinadores, pero que sigan con esa línea, formando las canteras. No descuidar las canteras es algo muy importante”, reflexiona.
En ese sentido, el EDF Logroño es un absoluto ejemplo. No en vano, sus siglas significan ‘Escuela de fútbol’. Las jugadoras del filial entrenan diariamente con el primer equipo, pues la intención del club no es otra que prepararles lo antes posible para alcanzar la élite. Entre las grandes joyas que se han curtido en su cantera destaca Ana Tejada, que debutó en Primera División con 16 años y que se proclamó campeona de Europa con la selección española sub-17. Ahora milita en la Real Sociedad.
De marcar goles… a evitarlos
También Lorena Valderas pasó por las categorías inferiores de la Roja. En 2009, cuando todavía era cadete, recibió su primera llamada desde la sub-16. Entonces jugaba en el primer equipo del ÉIbar y había marcado seis goles en 12 partidos. Enamorada de la posición de delantera y con Fernando Torres como uno de sus grandes referentes, sorprende verla ahora jugando al otro lado del campo, nada menos que de carrilera izquierda.
“Llegué como delantera, en la temporada del ascenso empecé de falso ‘9’, luego en el extremo y luego en el medio. Y el primer año en Primera el entrenador (Héctor Blanco) me dijo: eres delantera, extremo o lo que quieras, pero todo el carril izquierdo es para ti. ¡Y soy diestra! El primer día me dijo: ‘lateral izquierdo’. Y yo… ¿pero qué tengo que hacer? Y me dijo: ‘Balón o jugadora’ (risas)”.
Reconoce que poco a poco le ha cogido el gustillo. “Al final te vas habituando. Veo vídeos para mejorar, intentas empaparte de conceptos en una posición totalmente diferente. Al final, defiendes a una jugadora que antes eras tú. Me encanta jugar de delantera, es algo que me apasiona. Pero he ido hacia atrás con los años, y he conocido posiciones que jamás habría imaginado. Jugar de carrilera la verdad que me gusta. Disfruto, que es lo más importante. Siempre digo: donde sea, pero ayudar al equipo, y jugar. Por eso me llaman la ‘todoterreno’ (risas)”.
Es en esa posición donde Lorena ha encontrado definitivamente una regularidad que se le resistía. A finales de la primera campaña en la máxima categoría sufrió una lesión importante, una fractura intraósea en su rodilla izquierda. Se perdió los meses que restaban de competición, pero tardaría casi un año en recuperarse del todo. “Yo pensaba que iba a ser menos, y al final los meses iban pasando, casi llegas al año y cuando pisas el césped solo hay molestias. Psicológicamente fue dura. Y cuando empecé a entrar en el equipo llegó la pandemia. Otro palo gordo. Esta temporada me la tomé con mucha más serenidad, tratando de estar en forma y esperar mi momento, intentando dando mi mejor versión. El nuevo entrenador y el cuerpo técnico me han dado la confianza que necesitaba, que es lo importante cuando sales de una lesión larga y no cuentas con minutos”, confiesa. Con Javier Moncayo ha disputado 14 de 16 partidos posibles, los siete últimos como titular y jugando los 90 minutos. Además, puede disfrutar más del fútbol ahora que centra todos sus esfuerzos en él. Durante años alternó su carrera como futbolista con un trabajo en una tienda de deportes. En ocasiones salía de entrenar y sin tiempo para estirar se marchaba a trabajar para no llegar tarde. Acababa a las 11 de la noche, agotada física y mentalmente. Su vida ha cambiado por completo. “Hasta puedo dormir la siesta, es algo que no había conocido hasta ahora (risas)”.
El peso de las expectativas
El buen momento por el que pasa la jugadora eibarresa contrasta con la situación del equipo, antepenúltimo y gran parte de la temporada en puestos de descenso. El subidón de nivel que ha experimentado la Primera Iberdrola y el hecho de que hasta cuatro equipos desciendan este curso han apretado la clasificación sobremanera. El EDF Logroño todavía sufre las secuelas del inicio de temporada, caótico por la incertidumbre de no contar con fecha para arrancar, una pretemporada con pocos partidos y la revolución en el vestuario con numerosas incorporaciones, muchas de ellas de fuera. Para colmo, Raquel Infante y Olga García, el fichaje de campanillas, sufrieron lesiones de gravedad nada más empezar.
“Es una de esas Ligas que vamos a recordar siempre no solo por el covid si no porque muchos equipos están despuntando. El fútbol femenino español ha dado un paso de gigante, a excepción del Barça estamos viendo que los equipos de abajo compiten con los de arriba. Nosotras tuvimos muchos fichajes y no nos dio tiempo a aclimatarnos. En pretemporada jugamos muy poquitos partidos. No vas consiguiendo victorias y te va penalizando en la clasificación. Encima al llegar muchas extranjeras es como otro club, vienen de otras ligas con un fútbol muy diferente. Y tuvimos el cruzado de Raquel y luego la lesión de Olga (García), justo cuando estábamos cogiendo buenas sensaciones y resultados positivos. Fue un palo increíble”.
Pese a que el equipo riojano solo ha ganado un partido en las diez últimas jornadas, las sensaciones son cada vez más positivas. Empataron ante el Madrid CFF, ganaron 3-0 a un rival directo como el Deportivo y estuvieron a punto de sacar un resultado muy positivo ante el Levante en Orriols. “Cuando tienes resultados negativos y te ves abajo, al equipo le cuesta mucho levantarse anímicamente. A medida que avanzaban las jornadas se nos iba haciendo cuesta arriba. Con la llegada del nuevo entrenador y que ya nos íbamos conociendo más, cada victoria te da más confianza para arriesgar, no meterte tanto atrás. Ahora se está viendo lo que es el EDF, pero es una pena porque no puedes hacer el juego que te gustaría. Sales a no fallar. Muchos partidos como el del Levante tenemos errores que nos penalizan, pero se está viendo que estamos plantando cara a grandes rivales, como fue el Barça en su día. Estoy contenta porque crecemos y tenemos ambición de salvarnos por mucho que nos veamos abajo. Todavía quedan muchos partidos”, sentencia.
A principio de curso se crearon muchas expectativas. Se avecinaba un proyecto interesante con fichajes de la talla de Olga García, Marta Cazalla o Pamela Tajonar, además de la continuidad de figuras clave como Jade o Chini Pizarro. Al poco de empezar la temporada, lograron la histórica clasificación para la final de la Copa de la Reina. Pero el EDF entró en una espiral negativa de la que le costó mucho salir.
“Somos conscientes de que podríamos tener muchísimos más puntos de lo que tenemos. Es lo malo de que se generen tantas expectativas. De otros equipos no se habló tanto y también hicieron grandes plantillas. Ahora que está creciendo mucho el fútbol femenino va a ser difícil decir que un equipo pinta mejor que otro. Todos se están equiparando muchísimo, es algo que demandábamos las jugadoras. Estamos en descenso pero los cinco equipos que están por encima se encuentran en 4-5 puntos. El final de la Liga va a ser caótico”, añade Lorena.
Cambio de chip
Probablemente, el partido en el que más se vio la versión del EDF que se esperaba desde un comienzo fue ante el todopoderoso Barça en la final de Copa. El conjunto riojano estuvo a punto de marcharse al descanso con 0-0 en el marcador, pero un penalti discutido en el 42’ decantó la balanza. “Estaba muy orgullosa del trabajo que hizo el equipo. Es verdad que ese penalti cambió por completo el plan que teníamos, y justo después que te metan el segundo, cuando todavía estás pensando en el penalti… Nos quedamos con que el equipo compitió y dio la cara”. El contraste es llamativo: luchando por mantener la categoría y al mismo tiempo disputar una final de Copa o una semifinal de Supercopa. “Fue una carga de minutos importante en una dinámica de partidos que no estaba siendo buena. Choca muchísimo para el espectador. Para nosotras era algo que nos venía bien para trabajar o mejorar, pero se nos hacía cuesta arriba porque no nos daba tiempo para prepararlo. De jugar en Valencia a jugar una final en Málaga. Vaya cambio de chip. Pero lo hemos disfrutado, lo hemos jugado por nosotras y por la gente que falta, nos hemos acordado muchísimo de ellos”.
Por supuesto, lograr o no la permanencia puede ser clave a la hora de armar un proyecto ambicioso de la mano de DUX, algo que podría suponer una presión extra para el grupo. “Todo lo contrario, y es algo que agradecemos. Nos han animado a que sigamos trabajando como lo estamos haciendo, y eso da mucha tranquilidad. Estamos centradas en el presente y el objetivo es mantener la categoría”.
A sus 27 años, Lorena Valderas no piensa en otro equipo que no sea el EDF Logroño, al menos hasta que acabe la temporada y se logre el objetivo. “Es el compromiso que adquiero con los equipos. Alguna vez he dicho que me gustaría jugar en un grande, ¿a quién no? Lo hice en su día en el Atlético de Madrid, que me dieron la oportunidad de volver a jugar en Primera. Es algo a lo que nunca me cierro las puertas. Pero no podría decir que pienso en otro equipo porque no sería verdad. Cuando todo acabe y el trabajo esté hecho y bien hecho ya se verá lo que pasa en el futuro”.La eibarresa llegó en 2015 procedente del Aurrera Vitoria y nunca imaginó que estaría allí seis años y que iba a ayudar a hacer historia para el club. “La verdad es que me costó mucho salir de casa, pero la gente me acogió muy bien, y eso me gustó mucho de La Rioja. Es un sitio muy agradable para vivir y el club es muy familiar. Te lo hacen todo más llevadero y más fácil. Eso es lo que me ha animado a estar más tiempo aquí”. A seguir disfrutando.
Imagen de cabecera: @edflogronofem
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Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).
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