Aaron Gordon aterrizó en la NBA como una elección muy alta del que estaba llamado a ser uno de los mejores Drafts del siglo XXI (2014). Fue un cuarto pick y su comparación era ni más ni menos que con Blake Griffin, sobre todo desde el punto de vista físico. Su carrera no puede tildarse de mala, pero tampoco ha llegado a donde se le presupone a alguien que sale tan arriba en un Draft.
De lo que no hay ninguna duda es que Gordon es uno de los mejores participantes del concurso de mates de todos los tiempos. Nadie tiene más mates perfectos que él (ocho) en la historia del evento… y sin embargo nunca se ha llevado el trofeo de campeón a casa. Y tiene pinta que así será para siempre si el ala-pívot cumple con su palabra de no volver a participar tras sentir que “tal vez debería probar con el concurso de triples”.
La primera vez que Aaron Gordon se sintió robado fue en 2016. En Toronto, Gordon y Zach LaVine nos brindaron posiblemente el mejor duelo de la historia del concurso. Se impuso el entonces jugador de los Minnesota Timberwolves en un doble desempate, pero Gordon, con la colaboración de la mascota de los Orlando Magic firmó tres mates para el recuerdo. El que salta con los pies juntos sobre Stuff es sencillamente increíble. LaVine hizo un derroche de atleticismo espectacular, pero en favor del 00 se puede argumentar que sus mates fueron no solamente atléticos, sino también creativos, y por eso Gordon tal vez se lo mereciera un poco más.
En 2017, aunque tal vez muchos no se acuerden, Gordon también estuvo en el Slam Dunk Contest. Llegó justo al evento (arrastraba una lesión en el pie derecho en las semanas previas) y quedó último con 72 puntos. Hizo un mate muy original recogiendo un balón soltado muy alto por un dron, pero no le salió bien hasta el cuarto intento y eso le penalizó en las puntuaciones.
El segundo “robo” fue el de Chicago 2020. Fue un concurso de nivel alto en el que Gordon hizo (otra vez) mates de leyenda. Pero eso (otra vez) no le sirvió para ganar. La final, como en Toronto 2016, se resolvió en un doble desempate a favor de Derrick Jones Jr. por un solo punto. El último mate del entonces jugador de los Miami Heat fue un intento de molinillo desde la línea de tiros libres, pero pisó un poco más allá. El propio Jones se dio cuenta del fallo nada más aterrizar. 48 puntos para él.
Fue entonces cuando Aaron Gordon sacó a la pista a Tacko Fall y sus 226 centímetros de estatura… descalzo. Y el 00 pasó por encima del gigante senegalés. El público del United Center enloqueció y hasta el comisionado Adam Silver se levantó para aplaudir. Todo el mundo dio a Gordon por ganador, pero el jurado le dio al mate del ala-pívot de los Magic un 47. Otra vez subcampeón pese a ser el mejor matador de la noche. Las caras de los allí presentes (Giannis Antetokounmpo, Bam Adebayo, el propio Fall) lo decían todo. Ni tan siquiera Derrick Jones se lo creía, pero al final el trofeo de campeón era suyo.
El desenlace fue polémico en directo y para colmo dos de los miembros del jurado revelaron (Candace Parker y el rapero Common) que el plan no era ese, sino que Jones y Gordon empataran y resolverlo todo en una votación sobre quién había sido el mejor dunker de todo el concurso. Pero alguien no cumplió. Las acusaciones se centraron en Dwyane Wade, uno de los jueces que dio un 9 al último mate de Aaron Gordon… y compañero de Derrick Jones en los Heat durante un año y medio. Si ya se sospechó de él en el momento de la votación, las palabras de sus compañeros no ayudaron a disipar las dudas sobre el “robo”.
Tal vez el término “robo” sea un poco fuerte, pero esa fue la sensación para buena parte del universo NBA en ambos concursos, sobre todo en el de 2020. Y no hablamos sólo de los Stephen A. Smith o Charles Barkley de turno, sino de jugadores como Karl-Anthony Towns, Ja Morant o Nikola Vučević. Y Aaron Gordon tiene todo el derecho a sentirse así. Porque firmar posiblemente varios de los mejores mates de la historia del concurso y no ganar es motivo para estar enfadado. Y mucho.