Berlín es una gran capital europea pero, en el mundo del fútbol, está muy por debajo de otras en el continente. El Hertha BSC, por ejemplo, el club capitalino alemán más importante, ha sido superado en estos últimos años por la humilde y sorprendente aparición del Union, a pesar de la gran inyección económica que ha recibido el equipo del Estadio Olímpico en los últimos meses. Sin embargo, los resultados no llegan. El equipo mira más hacia abajo con prudencia, que a metas más ambiciosas. Lo que pasa cuando entra un inversor a un club, que quiere crecer su marca. Pero se olvidan de que es la competición la que pone a cada uno en su lugar, no los billetes, aunque éstos facilitan algunas cosas.
Pero ahora no toca hablar de la situación deportiva o económica del Hertha BSC en estos tiempos, sino de las casualidades por las que un apellido concreto lleva anclado al club durante varias décadas. Para ello hay que remontarse a 1997. El conjunto que viste con rayas blancas y azules regresaba a la 1.Bundesliga tras muchos años de ausencia. A pesar de no ser un grande del país en lo que a títulos se refiere, su mejor momento fue en las décadas de los años 20 y 30, cuando consiguieron varios campeonatos y subcampeonatos de Alemania. Sin embargo, tras el cambio de formato, la situación dejó al club en un segundo plano.
En el verano de aquel regreso a la máxima categoría se incorporó al club un joven de 21 años llamado Pál Dárdai, fichado de un club húngaro que había quedado en dos años subcampeón de Liga y Copa (dos veces) en su país. Pál se convirtió, con el tiempo, en el futbolista con más partidos en la historia del club, récord que, a día de hoy, aún mantiene. Tras su retirada, con un par de años de margen, se incorporó al cuerpo técnico en las categorías inferiores, pero la llamada de la selección le alejó otros dos años de la capital germana. Tras su vuelta, ya como técnico del primer equipo, la confianza en su persona crece y se mantiene en el cargo durante cinco temporadas. En ese tiempo se allanó el camino para que su hijo mayor, Palkó Dárdai, fuera superando categorías y, en la 2016-17, siendo futbolista del Sub-19, llegó a ser titular en tres ocasiones con la plantilla de Regionalliga (marcó un gol) y su padre le convocó con el primer equipo para un partido frente al Mönchengladbach, pero ese día no jugó. Sí lo hizo la temporada siguiente, llegando a disputar 113′. La presencia de Palkó en la plantilla profesional era residual, pero estaba ahí y, mientras tanto, sus otros dos hermanos seguían el mismo camino, formándose en las categorías inferiores. Por cierto, un pequeño detalle: Pál había jugado en el centro del campo durante toda su carrera y Palkó, su hijo, tiraba más para la banda, siendo extremo y jugando la mayoría de veces a pierna cambiada.
Tras esos cinco años, Pál dejó el club por un tiempo y Palkó no encontraba continuidad en el primer equipo, lo que le obligó a mantenerse en la segunda plantilla, la de Regionalliga, cumpliendo con un buen papel. Incluso, llegó a representar a Alemania en las categorías inferiores. Su padre había sido internacional absoluto por Hungría, pero Palkó, nacido en Berlín, no se lo llegó a plantear. Dárdai padre no tardó en regresar tras su salida. No obstante, quedó alejado de los grandes focos, entrenando de nuevo en las categorías inferiores del club y dirigiendo luego la cantera, buscando nuevos talentos entre los que, casualmente, se encontraba su segundo hijo, Márton. El segundo hijo de Pál, también internacional por Alemania, debutó esta temporada con el primer equipo, pero no lo hizo a las órdenes de su padre, sino con Bruno Labbadia. Sí fue Pál quien se atrevió a darle su primera titularidad, en un complicado duelo frente al RB Leipzig, que disputó al completo, junto a Klünter y Stark, en el centro de la defensa. El resultado del partido, lo de menos, un 0-3 a favor de los de Nagelsmann. Márton tiene mejor cartel que el que tenía su hermano mayor cuando se estrenó, pero también es verdad que lo hizo con dos años más.
Dos etapas de Pál Dárdai como primer técnico del Hertha BSC y sus dos hijos mayores aparecen con el primer equipo. ¿Quedarse? De momento, Palkó se ha tenido que marchar a Hungría, la tierra de su padre, para poder jugar, porque en Berlín no tenía hueco. Márton parece que se va a quedar e irá progresando poco a poco. Sorprende, porque el club cuenta con fondos para fichar y la esperanza (o una de ellas), es un canterano ‘hijo de’. Lo que los celosos llamarían ‘un enchufado’, pero ojo, con méritos para estar donde está, apretando a unos profesionales que no están dando la talla. Y aún falta otro Dárdai por llegar. Bence, nacido en 2006, también juega en las inferiores, como delantero centro. Es muy curioso que son cuatro y ninguno repite la posición del anterior: Pál fue mediocentro o pivote, Palkó, futbolista de banda, Márton central y Bence un futuro ‘9’.
Imagen de cabecera: (Alex Grimm/Getty Images)
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
No te lo pierdas
-
FC Barcelona
22 Nov 2024200 veces Alexia
El Barça visitó al St Pölten en su último compromiso europeo. Las de Pere...
Por Redacción -
Fútbol Internacional
20 Nov 2024Argentina reafirmó su liderato
Tras su último pinchazo ante Paraguay, Argentina se impuso por la mínima ante Perú...
Por Redacción -
Tenis
20 Nov 2024Gracias, Rafa
Todos rehusaban ese adiós, pero el paso del tiempo es algo inevitable y con...
Por Redacción -
Selección
19 Nov 2024El cierre perfecto
España ha concluido su andadura de 2024 con una nueva victoria en la última...
Por Redacción