Kevin Durant tituló My Next Chapter al artículo en el que anunció que fichaba por los Golden State Warriors tras nueve años en los Oklahoma City Thunder. Ese 4 de julio de 2016 pasó de ser uno de los niños buenos de la NBA, con el discurso de “You are the real MVP” referido a su madre como máximo exponente, a uno de los mayores villanos. Cuatro años, dos anillos y una gravísima lesión después, buscará redimirse en el tercer capítulo de su historia en la liga: los Brooklyn Nets.
En aquella carta KD escribió que sabía que mucha gente iba a disgustarse por su decisión y no se equivocó. Traidor debió de ser el adjetivo más suave que recibió. Se unía a unos Warriors que venían de firmar el mejor balance de la historia de la NBA (73-9) y de remontarle a sus Thunder un 3-1 en contra en las Finales del Oeste. Pero también afirmó que creía que era lo mejor para su carrera y tampoco se equivocó. A falta de uno, ganó dos anillos que bien podrían haber sido tres. Y fue el MVP de esas dos Finales ganadas. No tiene motivos para arrepentirse de lo que hizo, pero…
Pero el alero, con su carácter especial, nunca llegó a sentirse un warrior al 100%. Por no haber sido elegido por ellos en el Draft (como el big three Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green), ni haber estado en el inicio de su dinastía (como Andre Iguodala) o haber relanzado su carrera en la Bahía (como Shaun Livingston). Por eso decidió irse a Brooklyn en 2019.
Los Nets convencieron a Durant porque habían logrado crear una cultura competitiva desde prácticamente la nada. La misma que llevó también a Kyrie Irving al Barclays Center ese mismo verano. Todo un bofetón de realidad al otro gran pretendiente de ambos, los New York Knicks. Irónicamente, se dice que ambos fueron responsables del despido de uno de los artífices de esa cultura, el entrenador Kenny Atkinson.
KD iniciará al fin su tan esperada aventura neoyorquina tras un año y medio esperando en el dique seco recuperándose de la rotura del tendón de Aquiles que sufrió en el quinto partido de las Finales de 2019 ante los Toronto Raptors. Cómo volverá tras una lesión así es toda una incógnita, pero aun así las expectativas en BKN están por todo lo alto. No lo tendrá fácil Steve Nash, que se estrena como entrenador jefe dirigiendo un proyecto con mucho hype y con dos superestrellas de carácter muy particular como son Durant y un Irving que también viene de un curso difícil por culpa de las lesiones. Jason Kidd también inició su carrera en los banquillos en Brooklyn en circunstancias similares y sólo duró un año.
Los Nets vienen de un año de transición decepcionante, pero con Kevin Durant la ilusión aumenta al máximo. Tal vez estemos ante el comienzo del capítulo más grande de uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto.
Imagen de cabecera: Mike Stobe/Getty Images