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Cádiz

Fiabilidad vallecana

El pasado 23 de julio el Cádiz hizo oficial el primer fichaje de cara a la temporada del regreso a Primera División 14 años después. La prioridad era evidente: a pesar de acabar en segundo lugar en Segunda, ninguno de sus delanteros figuró entre los 15 máximos goleadores de la categoría. El jugador que más goles anotó en la campaña del ascenso fue un Álex Fernández que se consagró como un mediocentro con una llegada voraz (13 tantos) al más puro estilo ‘Michu’. El ‘Choco’ Lozano, pese a su notable contribución ofensiva (10 goles) y ser el ‘9’ en gran parte de las alineaciones, no podía considerarse un ariete al uso y su rol está más cerca de la línea de banda, donde puede aprovechar su endiablada velocidad.

Así pues el club gaditano se lanzó a por un punta y lo encontró rápidamente en la figura de Álvaro Negredo, una decisión que acarreó ciertas críticas por su elevada edad (34 años, ahora 35) y mucho tiempo lejos de los focos: los dos últimos años los jugó en Emiratos Árabes (Al Nasr S. C) y los dos anteriores en Turquía (Besiktas). La elección de la imagen del anuncio del fichaje, con el vallecano vistiendo la camiseta de la Selección (su último partido con la Roja fue en noviembre de 2013) solo hacía recordar al personal que los mejores tiempos de Negredo hace mucho que habían pasado.

Algunos le catalogaron como “jugadorazo para Segunda B”. Otros, en cambio, le compararon con Roberto Soldado, que mantiene una carrera casi paralela con Álvaro. Misma edad, los dos fueron canteranos del Madrid, los dos juegan en la misma posición, los dos fueron referencias en el ataque del Valencia, los dos acabaron en equipos punteros de la Premier League, los dos dejaron de nuevo la Liga para poner rumbo a Turquía y los dos regresaron a España para aportar su granito de arena en un equipo modesto. En Granada todos están encantados con el delantero valenciano, autor de 11 goles la pasada temporada y uno de los grandes artífices de la clasificación para Europa League y del hito de rozar la final de Copa del Rey.

La comparación es inevitable además por el carácter de ambos jugadores. Negredo, como Soldado, es un delantero peleón, que no da balón por perdido, que hace faltas si es necesario, que protesta cada acción e intimida con su ceño fruncido y su envergadura. Si al cóctel le sumas un olfato goleador que nunca acaba (para los grandes delanteros es como montar en bici) y la experiencia de que lleva 13 años en la élite te sale un ‘9’ que no luchará por el trofeo ‘Pichichi’, pero dejará un recuerdo imborrable en la afición y hasta la última gota en el campo.

Poco ha tardado Álvaro en callar bocas. El madrileño ha participado en seis de los 11 goles anotados por el cuadro amarillo, y eso que se perdió dos jornadas por lesión. Especial ha sido su contribución en los duelos ante Real Madrid y Barça: en el primero asistió al ‘Choco’ con una brillante dejada de cabeza, en el segundo salió desde el banquillo y estuvo más listo que Lenglet y Ter Stegen para anotar el 2-1 definitivo. El Cádiz ha ganado a los dos grandes del fútbol español siendo un recién ascendido y es quinto en la tabla, consagrándose como el equipo revelación de la Liga más loca que se recuerda.

Gran parte de culpa la tiene Negredo, en un ejemplo más de que para criticar primero hay que esperar. Hace mucho que se ganó el beneficio de la duda. Almería, Sevilla, Manchester City, Besiktas, Middlesbrough… casi todos los clubes por los que pasó tienen un gran recuerdo del ariete vallecano, por sus goles y su entrega. Por algo es campeón de Europa. El Cádiz compró fiabilidad, y fiabilidad está recibiendo.

Imagen de cabecera: Alex Caparros/Getty Images

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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