Durante años se ha hablado del “virus FIFA”, algo que ha mantenido en vilo a todos los clubes del mundo. Los entrenadores veían desde casa cómo sus estrellas se lesionaban tras disputar partidos con su selección y se encomendaban a los dioses para que siguieran rindiendo en los partidos posteriores. Sin embargo, a pesar del temor a ese “virus FIFA”, siempre he pensado que, en cierto modo, ese riesgo, y entendedme bien la expresión; merecía la pena.
Para un jugador, pertenezca al equipo que sea, lucir la camiseta de su selección no tiene precio. Formar parte del grupo que representará a todo un país es una oportunidad única para dejarse la piel y demostrar calidad. Defender el escudo de su país es el objetivo de muchos jóvenes que se inician en las canteras, es la guinda a toda una carrera profesional.
Sin embargo, en los tiempos que corren, acudir a la llamada de tu selección parece que se convierte en un riesgo aún mayor. La amenaza se ha convertido en un verdadero “coronavirus FIFA”, por los viajes, la convivencia entre los jugadores, las medidas sanitarias de cada país…
Los ejemplos de esta nueva realidad han llenado páginas en los periódicos.
Para algunos ha sido un verdadero calvario, como para la selección de Gabón que quedaron atrapados en el aeropuerto de Gambia esperando a que pasaran 48 horas para poder hacerse nuevos tests y obtener así el permiso para continuar compitiendo.
También hay selecciones que intentan aprovecharse de la normativa. La selección de Kenia llegó a las islas Comoras para disputar el partido de vuelta en su grupo de clasificación de la African Nations League. Cuando la expedición keniata llegó al aeropuerto, en los controles aparecieron 6 positivos, casualmente jugadores clave. Toda la selección de Kenia quedó muy sorprendida, porque salieron de su país horas antes, cumpliendo la normativa, con todos los test negativos. De hecho, hubo críticas por parte del seleccionador de las estrellas de Harambee hacia los “sucios trucos” de las autoridades de Comoras. La CAF resolvió este conflicto repitiendo los tests a los integrantes de la selección de Kenia, donde no salió ningún positivo. De esta manera, el partido comenzó 30 minutos tarde, pero pudo disputarse. El resultado final fue de 2-1 para las islas Comoras, aunque probablemente Comoras pueda recibir una sanción por parte de la CAF.
Llama la atención el brote que ha habido en la selección uruguaya, un total de 12 jugadores contagiados. Entre ellos, Luis Suárez y Lucas Torreira que en un principio daba negativo en el test realizado por la selección y tras aterrizar, el club rojiblanco le realizaba otro test en el que daba positivo, haciéndose oficial la infección.
Otro de los brotes importantes ha sido el de la selección de Ucrania, con 10 positivos. Curiosamente ha habido dos positivos de jugadores del Shakhtar Donetsk (Sergiy Krystov y Junior Moraes) que ya pasaron el virus en septiembre y poseían anticuerpos, pero han vuelto a contagiarse.
Es similar el caso de Alex Telles, que ha vuelto a dar positivo con Brasil tras haber dado positivo 17 días antes con el United.
En Europa, la selección de Dinamarca tuvo que aislar a 7 jugadores tras conocer el positivo de Roberto Skov, entre ellos Martin Braithwaite, lo que asustó en Barcelona pero que, tras el correspondiente test, parece no estar contagiado.
No ha corrido la misma suerte el Choco Lozano. El delantero del Cádiz ha sido uno de los dos positivos en la expedición hondureña.
Cabe destacar que en la selección española no ha habido positivos, aunque sí lesionados como Sergio Busquets (esguince de rodilla), Sergio Ramos (bíceps femoral) y Canales (rotura de isquiotibiales).
Y, antes de terminar, no me quiero olvidar del caso Vida con Croacia. El jugador conoció que era positivo tras disputar 45 minutos del partido amistoso ante Turquía; habiendo puesto en riesgo a todos sus compañeros y, por supuesto, al rival.
Si hacemos un rápido recuento entre contagios y recontagios de COVID y teniendo también en cuenta los lesionados, nos encontramos con 23 contagios en las selecciones americanas con 3 lesionados; 4 contagios en las selecciones asiáticas; 2 en las africanas; y 30 contagiados en las selecciones europeas, además de 8 lesionados.
En este gráfico se puede comprobar que el impacto del COVID se suma al impacto de las lesiones, así, el coronavirus y el “virus FIFA” forman el temido “coronavirus FIFA”. Y es que esta es la nueva realidad a la que se enfrentan las selecciones y sus jugadores, una realidad que asusta y preocupa a todos los equipos por igual.
Imagen de cabecera: OZAN KOSE/AFP
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