Si se hiciese una encuesta preguntando cuál es el jugador más icónico de la historia de Miami Heat la mayoría de respuestas se repartirían entre la nobleza y compromiso de Dwyane Wade y el paso triunfante de LeBron James. No es una osadía, seguramente sean los dos jugadores que más tangiblemente han contribuido al éxito de la organización. Sin embargo, más allá de la gloria y los triunfos, hay alguien que realmente representa la ciudad de Miami: Udonis Haslem.
A lo largo de las últimas temporadas son muchos los que se han preguntado qué diablos hacen los Heat ocupando una plaza de su roster con un jugador como él. Tan solo 44 partidos en las últimas cuatro temporadas, únicamente cuatro en esta última. No busquéis datos que respalden su posición en el equipo, no existen. El consorcio entre Udonis y los Heat es una cuestión de cultura.
Para empezar, la organización y todos sus aficionados tienen un gran respeto por él. Haslem nació y se crió en Miami y no ha jugado ni un solo partido en la NBA con un equipo que no fuesen los Heat. Diecisiete temporadas consecutivas. Para los fans, Udonis es la prolongación de la ciudad en la plantilla. Es como si uno de los aficionados que acude al AmericanAirlines Arena pudiese formar parte del equipo.
Pero su contribución no es meramente testimonial. Aunque no lo haga sobre la pista, Udonis influye en el rendimiento del equipo como un técnico más. Fue en el quinto partido de la serie contra los Celtics cuando destapó su faceta de entrenador. Algunos de los espectadores más jóvenes todavía se estarán preguntando quién era ese veterano vestido con el chándal y la camiseta de los reservas que alzaba la voz en un momento tan delicado como ese.
Haslem es el clásico glue guy dentro del vestuario. Ese jugador que se ocupa de la química y la unión del equipo. Es el que alienta cuando los ánimos están bajos y también el que da un grito cuando es necesario. Quien se ocupó de que sus compañeros no perdieran el contacto durante el confinamiento. Él mismo reconoció que organizó varias reuniones en su casa, aunque eso implicase saltarse alguna norma de distanciamiento social. Quería mantener la armonía del grupo.
En un vestuario lleno de personalidades capaces de dar un paso al frente en situaciones complicadas como Butler, Dragic o Iguodala, es Haslem quien lleva la batuta. Sus compañeros confían en él, no solo por lo que ha hecho en el pasado, también porque le ven como a uno más. Trabaja con ellos como el que más en el gimnasio y participa en las sesiones de vídeo, se ha ganado su respeto.
Solo de esa forma ha conseguido prolongar su carrera y seguir siendo útil en el equipo de su ciudad. Solo de esa forma se convertirá en el único jugador de la historia de los Heat que estará presente en todas las Finales que ha disputado la franquicia.
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