El transcurso habitual de los
acontecimientos lleva a pensar que un piloto destaque en el campeonato nacional
de su país, a continuación dé el salto al Campeonato del Mundo, que éste le
lleve unas pruebas o incluso años de adaptación, y a continuación, si el
talento y la mecánica van de la mano, luchar por ganar el título.
Pero siempre hay excepciones. Pilotos que arrasan en una categoría pero no consiguen mantener esos resultados en la inmediatamente superior; como Mike Di Meglio o Julián Simón, pilotos que ganan un campeonato y desaparecen del mapa por arte de magia; como Manuel Poggiali, talentos sobrenaturales que nadie puede explicarse cómo no son campeones del Mundo de MotoGP; como Dani Pedrosa o Marco Melandri, y piloto que, directamente, se ríen de la adaptación y ganan a la primera, como Marc Márquez.
Un caso bastante peculiar es el de Fabio Quartararo. El francés, tras arrasar y ser campeón de España en seis ocasiones, llega al Campeonato del Mundo en el año 2015 y consigue ganar el segundo gran premio en el que participa en su trayectoria (Austin), lo que nos hace prever un campeón del mundo a corto plazo. Tal vez ese mismo año, por qué no. Uno de esos niños prodigio que surgen cada mucho tiempo pero que parece haberse estancado y “tan solo” consigue tres podios más y una victoria en lo que resta de 2015 y las tres temporadas venideras. Sumando además dos años consecutivos en blanco (2016 y 2017) entre Moto3 y Moto2.
En 2018, en su última temporada
en Moto2 logra su primera victoria mundialista en Montmeló, y lejos de luchar
por el título, anuncia que correrá la siguiente campaña en la categoría reina.
En cuatro temporadas en el mundial, su mejor posición ha sido 10º en el
campeonato y suma 4 podios y una victoria en más de 70 carreras antes de dar el
salto. Números que son extraordinarios para cualquier piloto pero que están muy
lejos de las estadísticas a las que nos acostumbraron otros niños prodigio como
Rossi, Márquez, Lorenzo, Pedrosa, Stoner etc.
En cambio, Fabio Quartararo se ríe de la adaptación y despeja cualquier tipo de duda que pudiese tener el aficionado al motor logrando siete podios y finalizando 5º en un campeonato que, de no ser porque Márquez ha arrasado de principio a fin y la Yamaha no ha sido demasiado rápida, habría visto a Quartararo ganar un Gran Premio y volver a recordarnos a ese joven rubito francés que irrumpió en el año 2015. Ahora, si la marca nipona logra hacer una moto fiable, ¿será Fabio Quartararo capaz de ganar una carrera en su segunda temporada en MotoGP? ¿O incluso de pelear por el campeonato? Para lo bueno o para lo malo, estamos ante el ‘Año Quartararo’.
1994. Tanos, Cantabria. Estudiante de periodismo. @SpheraSports y @FCBsphera “Esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.
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