Tiene 25 años y juega en uno de los clubes más laureados de España, en un momento decisivo para el fútbol femenino español y con un Valencia tratando de recuperar el prestigio y codearse con los grandes en la Primera Iberdrola. Por primera vez en mucho tiempo, se siente futbolista. Ha pasado casi toda una temporada en el dique seco por culpa del menisco y pese a no estar al cien por cien de sus facultades, ya comienza a hacerse con un puesto en el centro de la zaga. No solo eso. Con más de 100 partidos y cinco años después de su llegada, es una voz de autoridad en el vestuario, una de las líderes dentro y fuera del campo y, en definitiva, una jugadora imprescindible para todos los entrenadores que han pasado por el banquillo che.
Es por ello imposible no empatizar con Paula
Nicart (1994, Cornellá de Llobregat) después de confirmarse una noticia tan
inesperada como terrible: rotura de
ligamento cruzado anterior y quirófano por segunda vez en este 2019. Un
revés sonoro para la central, que no hace mucho destacaba por ser una de las
zagueras con mayor proyección del fútbol español, algo que tuvo muy cuenta
Jorge Vilda para que formara parte entre
las 23 convocadas a la Eurocopa de 2017 en Países Bajos. Por entonces
formaba una pareja de vértigo con Ivana Andrés en el Valencia de Cristian Toro,
ese que acabó la Liga en tercera
posición con tan solo 11 goles en las 30 jornadas disputadas.
El calvario comenzó la
temporada siguiente, cuando a finales de
octubre de 2017 sufrió su primera rotura de menisco. No fue la única lesión
en el Valencia, que en el mismo periodo de tiempo contó con las graves lesiones
de Leles y Gaitán, además de otras de menor importancia de Débora y Maripaz
Vilas. A la vuelta de Nicart, ya en los primeros meses de 2018, el club che
había encajado la friolera de 32 tantos (21 más que el curso anterior). Su
reaparición ante el Madrid CFF no fue halagüeña (un error fruto del mal estado
del césped propició el tanto de la derrota), pero seis partidos después el Valencia había recuperado la solidez con solo
dos goles encajados y la clasificación para la Copa de la Reina
prácticamente cerrada. Especialmente bueno fue su partido ante el Levante, en
un Ciutat de Valencia con 14.000 espectadores y con Charly Corral como gran
amenaza.
La marcha de Ivana
Andrés al club granota la convirtió en la líder del centro de la defensa, donde
no tuvo continuidad por culpa de la rodilla izquierda. En enero de 2019 pasó por el quirófano por segunda vez, tal y como
harían Marta Carro, Naiara Beristain y Van den Berg, dejando una defensa más
que mermada (el problema del Valencia en ese sentido es muy preocupante). Se
perdió lo que restaba de temporada y reapareció a inicios de la presente, poco
a poco y sin tomar excesivos riesgos. Hizo su debut ante el Espanyol en la segunda jornada y ha sido titular en
tres ocasiones para un total de 313 minutos. La pareja que podía formar junto a
la prometedora Berta Pujadas comenzaba a ilusionar hasta sufrir, en pleno
parón por la huelga, la tercera lesión grave de su carrera.
“Mar en calma no hace marinero”, escribió Paula, lista para una nueva batalla contra un oleaje que intenta
atormentarle. No podrá con ella.
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