Hubo una fase de la
temporada en la que el Rayo Vallecano parecía condenado a Segunda División. A
seis puntos de la permanencia, compartiendo el último puesto con el Huesca tras
haber sumado una sola victoria en 13 jornadas. Semana tras semana, los rivales
directos iban destituyendo a sus técnicos. Las víctimas: Leo Franco (Huesca),
Calleja (Villarreal), Antonio Mohamed (Celta), Berizzo (Athletic) y Garitano
(Real Sociedad).
Míchel, en cambio,
siguió en pie. “La Junta, el director deportivo y la gente del club creemos que
es el adecuado. Se merece la confianza después de todo lo que nos ha dado.
Estamos convencidos de que Míchel es el técnico que salvará al Rayo”,
proclamaba Cobeño a finales de 2018. El cuadro franjirrojo ha revolucionado la
pelea por no descender en este 2019, sumando casi los mismos puntos en tres
jornadas que en las 16 anteriores. El Rayo es, después del Barça, el equipo más
en forma de la Liga con tres victorias consecutivas (2-1 al Levante, 0-1 al
Valladolid y 4-2 al Celta).
¿Cuáles son las claves
de esta reacción? El cambio a la defensa con tres centrales ha paliado en gran
medida la sangría defensiva. Hace unas jornadas el Rayo era el segundo equipo
más goleado del torneo (a un tanto del Huesca) con 31 tantos encajados en 16
jornadas. Contar con tres hombres atrás hace más sólido al grupo (aunque no lo
suficiente) y permite que laterales eléctricos como Álex Moreno y Advíncula
sean libres para atacar y causar estragos en campo rival. Tanto el catalán como
el peruano aprovecharon la fragilidad del Celta en los costados para hacer
mucho daño.
Otro factor es la
competitividad, sobre todo en Vallecas, donde la comunión con la afición suele
ser maravillosa. En casa, el Rayo llegó a remontar al Barça y lo puso contra
las cuerdas hasta el final. Desde ese encuentro, celebrado el pasado 3 de
noviembre, el equipo de Míchel no ha perdido como local en Liga. A la remontada
sin premio ante el Villarreal llegaron tres victorias consecutivas ante
teóricos rivales directos (Éibar, Levante y Celta). Los jugadores se ven
capaces de ganarle a cualquiera y así lo demuestran en cada batalla. El
sacrificio es importantísimo en una plantilla limitada, fabricada con uno de
los presupuestos más bajos de Primera División.
Pero la clave
definitiva, la que cumplen casi todos los equipos que logran la permanencia en
un momento difícil, pasa por contar con su guardameta y delantero centro
titular en estado de gracia. Hasta la jornada 11, Alberto García se situaba
bajo palos con el brazalete de capitán en el brazo. Stole Dimitrievski tuvo su
oportunidad en Copa, donde firmó un partidazo ante el Getafe. Míchel le dio la
alternativa en Liga y éste le ha respondido con una seguridad que hacía tiempo
que no disfrutaba el Rayo en su portería. Si en el Bernabéu dejó una brillante
carta de presentación, ante el Valladolid el macedonio se convirtió en héroe
rayista al detener un penalti casi en el descuento.
Al otro lado del campo
está Raúl de Tomás, probablemente el futbolista más determinante que ha pasado
por el club en los últimos años. Cedido por el Real Madrid, el español de
origen dominicano ya anotó 15 goles la pasada temporada para contribuir al
ascenso. En su primer año en la élite, Raúl acumula ocho goles que han dado
ocho puntos para su equipo. Su hat-trick ante el Celta (un golazo de falta el
primero) le sitúa a solo dos del líder en el trofeo Zarra, un tal Iago Aspas. A
su puntería se agarra el Rayo para mantenerse en lo más alto del fútbol
español.
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