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La catarsis de Ana Martínez

¿Qué hacer cuando te encuentras en el mejor momento de tu carrera y todo se viene abajo de golpe? El deporte está lleno de historias de éxito, pero más lleno todavía de frustraciones y baches por el camino que conduce a la gloria. Las lesiones son compañeras de una travesía por el desierto que tratan de martirizarte hasta que digas “Se acabó”. Esas palabras, sin embargo, nunca salieron de la boca de Ana Isabel Martínez (Elche, 1991), que ha pasado de estar un año sin jugar a vivir en sus carnes el primer Campeonato de Europa con la Selección española de balonmano.

“Sinceramente no me lo esperaba, porque sigo en un proceso de volver a encontrar a la verdadera Ana Martínez, y ha sido todo un: ¿Hola? ¿Qué ha pasado?”, nos cuenta la jugadora alicantina, más sonriente que nunca tras haber superado una lesión que le ha mantenido fuera de las pistas durante prácticamente una temporada entera, probablemente la que se antojaba más ilusionante. Tras cuatro años de éxitos en el Bera Bera, Ana fichó por el Niza francés para disfrutar una experiencia única en una de las grandes ligas del balonmano europeo. Solo pudo jugar 20 minutos del primer partido. Por supuesto, situaciones así te hacen pensar en tirar la toalla. “En algún momento te lo cuestionas, cuando las cosas no van como te gustaría, o que van bien y luego vuelves atrás. Pero la verdad es que fue durante poco tiempo porque soy bastante tozuda y constante y enseguida le di la vuelta”.


Vaya si le dio la vuelta. Tras rescindir su contrato el pasado mes de mayo, decidió rechazar diversas ofertas de clubes franceses y españoles para regresar a casa, al Elche Mustang, y rodearse de los suyos. Fue, sin duda, la mejor medicina. “Se esperaba que en octubre pudiera volver a jugar, pero entonces ya estaba jugando los 60 minutos”. De no poder pisar una pista, a volver a ser una de las mejores jugadoras de la Liga Iberdrola. Aunque afirma que todavía no está al nivel que le supuso el salto al Niza (“me faltan kilos, lo noto en el punch de ataque y en defensa”), sus números son de escándalo: 24 goles en siete partidos antes de ser convocada para el Europeo.

“Carlos (Viver) me estuvo llamando desde que vine a Elche y me comentó que si seguía luchando y me lo seguía currando podía tener mi puesto en la Selección, pero no pensaba que podía hacerse realidad. Lo he aceptado con los brazos más abiertos imposible (risas)”. Encima, tuvo la suerte de vivir los partidos de preparación en un torneo celebrado en Alicante, en su tierra, frente a todos aquellos que han contribuido a su rápida recuperación. “Le dije a Carlos: Si me tenías que llamar a alguna concentración, gracias porque haya sido esta. Pude agradecer a mi familia, amigos, pareja, técnicos de readaptación… Si estaba allí, era en parte gracias a su apoyo. Llevaba cinco años sin estar en casa (cuatro en Donosti y uno en Francia) y ha sido lo que más he notado. Se lo dedico sobre todo a ellos”.

A sus 26 años, Ana disputará su «primer torneo internacional con las Guerreras, un Campeonato de Europa que casualmente se celebra en Francia, país donde pasó un año prácticamente en la sombra. “La Liga francesa cada vez está siendo más fuerte, de las principales a nivel europeo. Creo que eso se va a notar en los pabellones, en el apoyo en los medios, en redes sociales. Que se vea balonmano, que queremos que la gente se enganche”, reivindica. Aunque no pudo disfrutar a nivel deportivo, Martínez supo sacar el lado positivo de pasar una especie de ‘Erasmus’ en Niza. “La lesión supuso un máster en ver vídeos de balonmano (risas). También tener a Carmen Martí en el equipo, a Linnea Torstenson, una gran referente… Fue un gran aprendizaje, me lo llevo en la mochila y trato de aplicarlo en el día a día”.

Una revolución en el equipo



De aquella selección subcampeona en 2014 tan solo viajan cuatro jugadoras: Silvia Navarro, Carmen Martín, Nerea Pena y Lara González. Dos años después de conseguir la plata, el revés fue severo: Las Guerreras superaron la primera ronda con dificultades y acabaron últimas de su grupo en la segunda. Era evidente que hacía falta una renovación, y con Carlos Viver, técnico desde la primavera de 2017, se está realizando. Hasta seis jugadoras harán su debut en el Europeo, incluida la joven de 19 años Elisabet Cesáreo.

“Tenemos que ir superándonos. Hablamos de que Croacia es un rival duro, pero nuestras peores rivales somos nosotras mismas. Si conseguimos darle la vuelta a eso, no hay equipo que se nos ponga por delante”, explica Ana, sabedora de que una plantilla compensada requiere experiencia y juventud. “Para mí un 50% de cada sería magnífico, para que las jóvenes sigamos aprendiendo de las veteranas y en el siguiente ciclo puedan venir más jóvenes. El equipo es el que es, hay muy buenos efectivos”, afirma.

Pero si hay algo que preocupa a la jugadora del Elche Mustang es el futuro del balonmano femenino. Opina que el trabajo en las canteras de los clubes y en la Selección es magnífico, pero el problema radica en la fuga de las mejores jugadoras a otros países, lo que debilita a la Liga Iberdrola.



“A corto plazo veo que aún hay que seguir haciendo muchas cosas, y a largo plazo ojalá la gente internacional se pueda venir a la Liga española y sea una de las top-5 de Europa. Quiero que se den cuenta, y que no solo las españolas vuelvan, sino también gente internacional de mucho peso que puedan aportar esa calidad que se necesita”.

España ha quedado encuadrada en el grupo C con Países Bajos, Hungría y Croacia, con quien debuta este sábado a las 18:00 horas en Teledeporte. Allí estará Ana, una luchadora con todas las letras que ha sabido remontar la situación más difícil de su carrera. “A aquellas jugadores que puedan pasar lo que yo les diría que dentro de esa cara B en el deporte como son las lesiones sepan sacarle el jugo, que de las situaciones negativas se aprende mucho y ahora soy la jugadora que soy gracias a ello también. Que sigan, sean constantes y sobre todo que lo afronten todo con una sonrisa en la cara”.  Una sonrisa que ha permanecido inquebrantable durante la entrevista, también cuando explica lo que significa ser una Guerrera. “Luchadora, incansable, dar el 200% en cada momento. Sobre todo compañerismo y trabajo en equipo”. No hay nada que defina mejor a Ana Martínez.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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