¿Quién dijo bronce? Para toda España nuestra selección femenina de baloncesto es de oro. El domingo pasado consiguieron otro metal para la colección, el sexto consecutivo en estos últimos diez años. Hasta el momento, la selección femenina de baloncesto es un grupo imparable. Un grupo que, a la vista está, es una familia y está más unido que nunca.
Contra Bélgica costó, pero se consiguió. Un 67-60 como resultado final, eso sí, sufriendo hasta los últimos instantes, y más cuando al inicio del primer cuarto las belgas pasaron por encima de las españolas con un 5-15. Esto pudo pasar factura al conjunto de Lucas Mondelo, pero lo que hicieron fue reponerse y agrandarse ante el peligro de la derrota para cerrar esos primeros diez minutos con un parcial de 10-0, algo que desconcertó al equipo rival. Sin echar cuenta de esos primeros compases del encuentro, España llegó a manejar el partido, aunque en algunos momentos se descompensase dado el desgaste de las nuestras, y concediendo algún parcial de 0-11. El final fue apoteósico y más cuando terminó el último cuarto. En La Laguna pudieron disfrutar del bronce aunque, como ya hemos dicho, fue un oro más que otra cosa.
Llegar a la cima no es nada fácil y ellas lo saben. Por ahora se puede decir que están arriba del todo por todo el bagaje que llevan. Seis metales seguidos en estos últimos diez años da qué hablar: oro en el Europeo de 2013, plata en el Mundial de 2014, bronce en el Europeo de 2015, plata en los Juegos Olímpicos de 2016, oro en otro Europeo en 2017 y, por último, este bronce en el Mundial de este año. Más valor tiene ya que regalaron esta presea a la afición española siendo España la anfitriona en este Mundial, concretamente Tenerife. A pesar de las bajas, los problemas en defensa, las pérdidas de balón, y los fallos en el tiro, las de Anna Cruz y compañía fueron de las mejores anfitrionas llegando a ese tercer puesto.
Muchos se preguntarán por qué se mantienen en tan alto nivel a pesar de los cambios en el equipo. La respuesta es sencilla: porque hacen piña. Son equipo y es un grupo que persiste, lucha, tiene garra y no desiste hasta llegar a su objetivo. Todas y cada una de ellas pusieron su granito de arena para conseguir este metal. De hecho, están consideradas el mejor equipo de toda Europa, una afirmación que se refleja por los resultados. Además, Astou Ndour fue elegida por la FIBA como una de las representantes del mejor quinteto del Mundial.
No pasa nada por no haber llegado a la final de la Copa del Mundo, para todos los españoles ellas son nuestras campeonas. No paran de hacer historia. Son las reinas del baloncesto europeo y solo tenemos que ver cada partido que juegan. No importa quién esté en el quinteto o a quién se haya convocado porque cada jugadora está implicada y aporta el granito de arena que necesita una selección para ser imparable.
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