La esencia del fútbol es el gol.
Es el parámetro que marca las diferencias en un deporte tan rico como éste, en
el que hay tantas variantes y tantos sistemas diferentes que emplear. La
sensación cuando marca tu equipo es indescriptible; cuando éste, además, define
una eliminatoria, un duelo igualado o un partido contra el máximo rival la
felicidad ya es total. Sin gol nada sería lo mismo. Todos tenemos en mente
muchas celebraciones eufóricas.
El delantero centro vive siempre
bajo la lupa, con la crítica al acecho. Su obligación es marcar y si no lo
hace, a la mínima, empieza el run-run. Actualmente, vivimos en un mundo sin
paciencia, donde la figura del “9”
siempre está en entredicho.
Con el Barcelona en plan renove,
mucho se está debatiendo, precisamente, sobre la figura del delantero centro.
Luis Suárez tiene ya 31 años y, aunque su rendimiento sigue siendo altísimo, se
cuestiona cuánto le puede quedar. En un mundo ideal, el uruguayo casi seguro se
retiraría de azulgrana, en una ciudad que le enamora y un club por el que tanto
luchó para llegar; en el fútbol actual, no obstante, el negocio es lo que
impera y, en este sentido, el dinero suele importar más que el sentimiento.
Suárez se encuentra en el mejor
momento de la temporada. No solo por su evidente facilidad de cara a gol, pero
también por todo lo que aporta sin balón: presionando arriba, lanzando desmarques,
contagiando carácter a compañeros, etc. Es un pilar sin el cual no se
entendería el Barça triunfal post-Tata. Se ha ganado en cada disputa de balón
el respeto de compañeros y aficionados.
Al igual que Samuel Eto’o, Suárez
es ese tipo de delantero que nunca da un balón por perdido, que detesta perder,
que siempre quiere aportar. Son ese tipo de “9” al que amas si está en tu
equipo y odias si está en el rival. Dos depredadores del área que representan ese
“9” que el Barcelona necesita y que todos los grandes buscan.
Nos encontramos, sin embargo, como
decíamos antes, en un momento en el que empiezan a surgir dudas sobre el
futuro. Llegado el momento, ¿quién debe ser el elegido para reemplazar a
Suárez? Se habla, por ejemplo, de Griezmann, pero son incomparables, pues el
francés funciona mejor acompañando a un nueve, no siendo el referente. La
figura del Atlético llegaría con otro rol. Otra opción es apostar por el
filial, pero para ello se deberían tomar decisiones ya: el relevo requiere de
un proceso que no será precisamente corto – en este sentido, Arnaiz seguramente
subirá al primer equipo en verano. ¿Tendrá su oportunidad? La otra opción es,
finalmente, fichar, pero el mercado ofrece pocas alternativas seguras.
Y si elegir el momento oportuno
del relevo y quién debe ser el sustituto ya es complicado, decidir qué hacer
con el uruguayo aún lo será más. Que a Suárez respecto al Barcelona no se le
puede recriminar nada, es más que evidente. Al contrario, pasará a la historia
como un jugador diferencial, como un delantero que formó una dupla como ninguna
otra con Leo Messi. No se le puede tratar de cualquier manera. Pero habrá que
ver si acepta un rol menos protagonista. Y, sobre todo, habrá que ver si al
club le tienta un mercado al alza en el que el uruguayo podría generar mucho
cash. Bartomeu tiene todas las de perder en la gestión del futuro del “9”:
acertar no será sencillo.
You must be logged in to post a comment Login