El fútbol llora. La magia desaparece. La eterna sonrisa de este deporte ha decidido colgar las botas. Ricardo Izecson dos Santos, a sus 35 años, ha hecho pública su decisión de abandonar el deporte rey, al menos como jugador en activo. Su último partido, con el Orlando City, fue hace ya dos meses, una derrota frente al Columbus Crew. Tras el encuentro, Kaká acabó entre lágrimas en lo que fue un preludio de la decisión que acaba de conocerse.
El brasileño empezó su andadura profesional en su país natal, concretamente en Sao Paulo, club que confió en él desde los ocho años. Desde su debut en enero de 2001, Kaká anotó 23 goles en 58 partidos. Era el inicio de una leyenda, de un jugador diferente que sería capaz de tocar los cielos unos años después. 2007 fue su año culmen, conquistando con el AC Milan la Champions League, el torneo que todo jugador aspira a ganar. Gracias a su aportación durante la temporada, fue elegido como mejor jugador del mundo por parte de la FIFA, y la revista France Football le otorgó el Balón de Oro. Estaba en el trono, ni siquiera unos jóvenes Leo Messi y Cristiano Ronaldo pudieron discutirle la corona.
Pero todo lo que sube baja y, dos años después, Kaká paso del cielo a los infiernos arrastrado por una pubalgia. Un problema que le hizo abdicar demasiado pronto. La magia, el toque y la velocidad que le hacían únicos desaparecieron. Coincidió con su fichaje por el Real Madrid, convirtiéndose en el primer galáctico de la segunda era de Florentino. Ese mismo verano le seguirían Cristiano, Benzema, Xabi Alonso… En plena era Guardiola, Ricardo estaba llamado a ser una de las piezas fundamentales en el resurgir blanco. Pero nunca se dio, y acabó siendo el gran fracaso del conjunto merengue, donde apenas dio muestras de lo que un día fue con sus famosas «resurrecciones».
Aún así, y pese a todas las críticas que ha recibido, Kaká ya había inscrito su nombre en la historia. Fue el último rey antes de la llegada de los dos monstruos. Marcó una época en Italia junto a Maldini, Inzaghi, Shevchenko, Pirlo, Dida… Una de las plantillas más temidas de Europa que demostraron cómo se juega a esto. El fútbol que desplegaron quedará siempre en las retinas de todos los aficionados. También lo hizo con la selección brasileña, una de las mejores de la historia carioca, aunque cayese en cuartos de final en el Mundial de 2006 cuando partían como favoritas para revalidar el título. Ahora, el jugador se ha convertido en la última leyenda que dice adiós este año, después de que ya lo hicieran Totti, Lahm, Xabi, Lampard o Pirlo. Llegan nuevas generaciones, pero hoy el fútbol es menos fútbol.
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