Les han dado una oportunidad y no la han desaprovechado. En las famosas ventanas FIBA, que han dejado a la selección española de baloncesto sin sus mejores jugadores para dos partidos de clasificación al Mundial, se ha comprobado que no vivimos solo de los Gasol y compañía. La salud que atesora nuestro baloncesto es simplemente espectacular.
Es esta la primera vez desde 2003 que hay parones de selecciones para disputar una fase de clasificación. La FIBA ha cambiado el sistema para que se convoque más público, no solo en los grandes torneos. Sin embargo, estos partidos coinciden con otros de Euroliga o de NBA, impidiendo acudir a las grandes estrellas a estas citas, lo que ha sembrado de polémica la decisión tomada por el máximo organismo del mundo del basket.
Los Gasol, los Hernangómez, Ricky Rubio, Ibaka, Mirotic, Abrines, Claver, Ribas, Oriola, Rudy Fernández, San Emeterio, Sastre, Vives, Abalde, el Chacho… Todos se quedaron fuera de la convocatoria de Sergio Scariolo, que tuvo que recurrir a un grupo de jugadores inédito. Ninguno de ellos estuvo en el Eurobasket del pasado verano, donde España se alzó con la medalla de bronce. Y de los 16, solo tres juega una media de 10 minutos o más por partido en su equipo.
Nadie fue justo con ellos. Se auguraba un descalabro que ni siquiera las televisiones estaban dispuestas a dar. Finalmente, a última hora, BeMad se ofreció a dar los dos partidos. Jorge Garbajosa fue el único que se pronunció a favor de este grupo de ‘inexpertos’: «Estoy convencido de que este equipo va a enamorar a todos por su calidad, compromiso y carácter».
Dicho y hecho. España no solo arrasó a Montenegro (66-79) en Podgorica. También venció con claridad a la vigente campeona de Europa, Eslovenia (92-84) con un sensacional Quino Colom, que sumó 25 puntos, 9 asistencias y 32 de valoración en un pabellón lleno hasta la bandera en Burgos. Fran Vázquez, Sergi Vidal (autor de seis triples), Paulí, Vicedo, Sáiz y Sergi García… todos superaron las expectativas y demostraron que la ‘España C’ no solo tiene un compromiso indudable, sino que aspira a formar parte de los grandes eventos en los próximos años.
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