Santillana, figura referente de actualidad ausente

22 de mayo de 1988. Aún no había alcanzado los siete años de edad mas asistía a un acontecimiento histórico. El destino me situó, a mis 7 años de edad, en la fiesta de despedida de Carlos Alonso González, ‘Santillana’, ídolo de tantos amantes del balompié durante prácticamente dos décadas.

Para aquellos que pertenezcan a mi generación o anteriores no precisa presentación. Quizá tampoco para los de las siguientes porque él es historia viva del madridismo, pero también del fútbol español. Un futbolista que, enmarcado en el prototipo de delantero tanque, escapaba a la rigidez del mismo, y es que sus características físicas se alejaban de los parámetros establecidos para esta especie que en la actualidad está en peligro de extinción.

Nacido en Santillana del Mar, a Carlos el apodo le viene de procedencia. El Depor lo rechazo y el Barça lo probó, aunque por aquel entonces el chico no estaba preparado para despegarse de casa, por lo que con 17 años se enroló en el Racing de Santander, en Segunda División. Cómo 17 fueron las temporadas que formó parte del Real Madrid, tras convertirse en máximo goleador de la categoría de plata con el club cántabro. Dicen que Don Santiago Bernabéu se encaprichó de él. Prueba de ello, la reacción del mandatario cuando De Felipe, por aquel entonces jugador del Espanyol, cometió una falta sobre el joven Santillana que le mandó al hospital y llegó a cuestionar la continuidad de su carrera futbolística. No por la entrada, sino porque la misma permitió descubrir una dolencia patológica  del futbolista. Por fortuna, aquella dolencia en su riñón siempre estuvo con él y le acompañó a lo largo de una carrera de leyenda.

Santillana, elevándose sobre la defensa del Inter

‘El puma’ jamás se cansó de anotar goles, consumar tantos importantes, en Copa de Europa, en Recopa, Copa de la UEFA, Liga o Copa del Rey. La competición era indiferente y siempre  fue protagonista: remontadas europeas, hasta nueve títulos ligueros, Copas del Rey, un poker ante Malta en el histórico 12-1 y un subcampeonato de Europa con la selección. Son solo algunas de las citas más importantes que protagonizó con el gol siempre en su mochila.

Con tan solo 1,75 metros de altura, si algo caracterizó al delantero fue precisamente su capacidad aérea, su fortaleza en el remate, sustentada en el ‘vuelo del puma’, sostenida en la suspensión en sus saltos, que le permitían convertir los sueños en el aire en realidad. Cuando Santillana volaba, el Bernabéu rugía. La grada enloquecía.

Santillana | El Puma

Pese a convertirse en su seña de identidad, sus ‘sueños en el aire’ constituyeron tan sólo uno más entre su variedad de registros. De ahí que, pese a su estatura, podamos considerar a ‘El Puma’ como uno de los exponentes del ‘delantero tanque’ más peculiares. Me gusta recordar, desde aquella entrañable tarde de 1988 en la que ‘El Puma’ dejó de hacer rugir a la grada, que aquello que no poseía por condición innata lo suplía, como su buen amigo Juan Gómez «Juanito», con garra y corazón, con coraje y entrega. Aquella combinación indiscutible de actitud y aptitud construyó una leyenda, un delantero de aquellos de época, al que si le permitían rematar el peligro estaba asegurado, porque el gol estaba en su ADN, constituyendo el remate su virtud natural. Añoranza infinita a un futbolista descomunal.

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El fútbol evoluciona, los especialistas se diluyen, la polivalencia y la asociación toman relevancia. En el Real Madrid, Benzema representa la antítesis de aquella figura de jugador letal y de garra que siempre enamoró al aficionado merengue. Esa figura referente que representó magistralmente Santillana y que ahora se muestra ausente. Te valoro, Karim, sin embargo añoro la figura delantero tanque, añoro al rematador letal. Te añoro, Carlos ‘Santillana’.