Abocada a jugar un «playoff» en noviembre para conseguir el billete al Mundial de Rusia 2018, la selección italiana de fútbol busca un punto de inflexión para afrontar con garantías esa peligrosa eliminatoria.
La Azzurra recibió el viernes silbidos por parte de sus hinchas después del empate 1-1 contra Macedonia en Turín. La derrota por 3-0 ante España hace un mes en septiembre sigue muy presente en Italia, que ya no dependía de sí misma para conseguir el pase directo al Mundial.
El empate ante la débil Macedonia clasificó de forma automática a España y mandó a Italia a la repesca, donde se medirá en noviembre ante un rival europeo en una eliminatoria ida y vuelta.
Cuatro veces campeona del mundo, Italia está pagando caro la falta de talento. La última gran selección italiana se vio en el Mundial 2006, que acabó en sus vitrinas. Después cayó en la primera fase de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 y ahora corre el riesgo de perderse su primera Copa de mundo desde 1958. «Necesitamos un punto de inflexión psicológico», señaló el viernes Gianluigi Buffon, portero, capitán y símbolo de Italia.
El seleccionador azzurro, Giampiero Ventura, parecía desanimado tras el empate con Macedonia. Hubo errores del veterano defensa Leonardo Bonucci y los debutantes Roberto Gagliardini, Bryan Cristante y Simone Verdi no estuvieron a la altura de lo esperado.
«Tenemos un partido más ante Albania antes del ‘playoff’ y vamos a ir a jugar», dijo Ventura sobre el partido del lunes en la ciudad de Shkoder. «Mientras tanto, espero recuperar a cuatro o cinco jugadores para el ‘playoff’ y espero que algunos jugadores tengan más minutos con sus equipos».
Ventura no podrá contar ante Albania con los centrocampistas Marco Verratti y Daniele De Rossi, mientras que Andrea Belotti tampoco está recuperado y Andrea Barzagli fue sustituido el viernes con molestias musculares. Todos deberían estar en la repesca de noviembre.
Buffon espera que el desánimo que dejó la derrota por 3-0 ante España termine pronto. «Creo que esa derrota afectó a nuestra confianza y todavía se nota».
«Quizás pensábamos que éramos mejores de lo que somos. Ni habiendo ganado 1-0 a Macedonia habrían cambiado las cosas. El empate extiende este ciclo negativo y tenemos que salir de él apelando al orgullo, a la determinación y al sentido de la responsabilidad».
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