Osasuna encajó la temporada pasada un total de 94 goles. Ante tales cifras, mantener la categoría en la máxima competición española era una quimera. Y, al final, por ello y por otros tantos motivos, Osasuna descendió a Segunda División. Entontes, el club necesitaba una limpieza urgente sobre el césped, pues algunos de los fichajes ni siquiera llegaron en forma para competir con los mejores, y tampoco los entrenadores –Martín, Caparrós y Vasiiljevic en una temporada– dieron la talla desde el banquillo.
En este contexto, durante el verano llegó un nuevo director deportivo, Braulio Vázquez, que trajo bajo el brazo 11 fichajes y un cuerpo técnico casi nuevo, encabezado por Diego Martínez. Desde el aficionado se puede discutir que fueron muchos o pocos según el modelo que se quiere regir en Osasuna, pero lo que ha quedado claro es que las nuevas incorporaciones sí aportan sobre el terreno de juego. Tras siete jornadas, el balance de cara a los nuevos empieza a ser positivo y las críticas recibidas hacia algunos no van más allá de las dudas iniciales que supone reconstruir un equipo por completo y que, por supuesto, sea competitivo.
Un cambio radical en la portería
Y una de las razones por las cuales Osasuna está dejando buenas sensaciones jornada sí jornada también proviene desde la portería. Que en la temporada 2016/2017 se encajasen tantos goles tiene que ver a que nunca la defensa dio motivos de estar preparada para hacer un buen papel y después, la última línea, la portería, tampoco estuvo preparada para salvar a los suyos en unos cuantos partidos. Al final de año, ni Nauzet ni Sirigu –quien llegó del Sevilla previo paso por el PSG–, demostraron ser válidos. Y Mario Fernández apenas tuvo minutos.
Sin embargo, Osasuna ya no puede decir lo mismo. Seguro que el cambio de mentalidad, de ambiente, de ser ahora en Segunda un equipo puntero también ha influido, pero lo cierto es que Sergio Herrera (1993, Miranda de Ebro) ha llegado a Pamplona para ser recordado. Todavía es pronto para hacer un balance de su rendimiento en Osasuna, aunque ya han pasado 7 jornadas y ha sido decisivo en casi todas.
La última, el pasado domingo frente al Sporting. Aridane cabeceó hacia su propia portería y Sergio, en un balón potente, sacó la mano a bocajarro. Las distancias eran cortas y su reacción, de primer nivel. En la jugada anterior el guardameta se había cambiado la lentilla y se habla, en tono de broma, que ello tuvo que ver. La verdad es que Sergio Herrera está demostrando ser un portero de futuro… Y presente.
Con 24 años, se formó en la cantera del Alavés y ha pasado por el Laudio, Amorebieta y Huesca. Fue en Vizcaya donde destacó para llegar a Segunda División con los oscenses. Ahora, decidió quedarse en Osasuna por el proyecto deportivo –el objetivo es ascender a Primera– y se ha convertido en uno de los futbolistas más destacados.
Seguridad por encima de todo
Sergio Herrera no es un jugador corpulento, pero mide 1.92 metros y eso, sin duda, ayuda a que por alto atrape balones o consiga desviarlos. Pese a esta altitud, por bajo no es nada torpe y su reacción es rápida y precisa, incluso en el uno contra uno, donde entonces su cuerpo también se hace valer para tapar portería. Hasta el momento, a falta de tiros desde el punto de penalti, en Osasuna Herrera ha dominado todas las facetas con nota alta excepto la de su juego de pies, algo a mejorar.
Además de todas estas cualidades, de Sergio se habla muy bien en este comienzo de competición debido también a su mentalidad y a la confianza que genera sobre el terreno de juego. Se trata de un portero que tiene mucha seguridad en sí mismo y que, además, la transmite a sus compañeros. Algo esencial para un guardameta. Herrera es un jugador que permanece concentrado los 90 minutos. En esta liga hemos visto cómo a Osasuna, en algunos partidos, apenas le han llegado con peligro. Pero, si así ocurría, el equipo sabía que su portero estaba preparado para solventar cualquier problema. Que a un portero tan solo le lleguen con claridad un par de veces puede ser incluso malo para él; sin embargo, Herrera ha sabido gestionar sus intervenciones con mucho mérito tanto en el apartado futbolístico como mental.
Osasuna, a las órdenes de Diego Martínez, ha encajado cinco goles en siete jornadas y mantiene la portería a cero desde hace cinco partidos. Aquí y en este año, el mérito es de todos. El entrenador ha sabido generar confianza en defensa, los chicos están demostrando que este año sí se puede defender bien y Herrera, por su parte, está solventando cualquier duda que todavía la zaga pueda generar. Mantener la portería a cero es una de las máximas para competir en Segunda y, sobre todo, para establecerte en los puestos altos de la tabla. Osasuna quiere ascender a Primera y, si lo consigue, lo hará de la mano del joven Sergio Herrera. Después, habrá que ver si logra mantenerlo en plantilla. El futuro es suyo y puede que donde él quiera.
Fotos: C.A. Osasuna
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