El suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal uniendo sus fuerzas en un dobles. La fantasía de miles de hinchas al tenis se hizo realidad en Praga, con los dos legendarios jugadores formando pareja en la innovadora Copa Laver.
Federer y Nadal, los dos tenistas que más Grand Slam han ganado en la historia, ganaron ante los estadounidenses Sam Querrey y Jack Sock por 6-1, 1-6 y 10-5. El resultado era en realidad lo de menos. Pocos de los cerca de 17.000 espectadores que llenaron las gradas del O2 Arena se acordarán del marcador. Todos recordarán el momento en que Federer y Nadal disputaron su primer partido juntos.
«Es un momento especial, tenemos que disfrutarlo», anticipó instantes antes el mítico Bjorn Borg, capitán de los europeos.
Hubo que esperar muchos años para poder ver esa dupla. El suizo tiene ya 36 años y el español cumplió en junio 31. A sus espaldas hay 19 y 16 Grand Slam, respectivamente, y una rivalidad prácticamente sin comparación en la historia del deporte, desempolvada además en un 2017 empeñado en volver al pasado. Tras algunas temporadas a la sombra de Novak Djokovic y Andy Murray, Nadal y Federer ocupan actualmente los dos primeros puestos del ranking.
«He jugado contra Rafa en muchísimas ocasiones, en grandes partidos», contó Federer en Praga. «Tenerlo ahora a mi lado es una alegría. Hace mucho mucho tiempo hablamos de jugar juntos, pero nunca sucedió».
El primer acercamiento para jugar juntos ocurrió en septiembre de 2006. Federer estaba en Nueva York y su teléfono vibró. Había recibido un mensaje. El que lo mandó fue Nadal y traía una propuesta: disputar juntos el torneo de Madrid, que entonces se celebraba en octubre.
La respuesta de Federer fue un «no». «Me parece una gran idea de Nadal, realmente muy amable de su parte. Sería divertido, pero lo que sucede es que nunca juego dobles en el final de la temporada. Además, si lo hiciera, lo haría con Yves (Allegro, doblista del equipo suizo de Copa Davis)», explicaría entonces el suizo.
La rivalidad entre ambos estaba comenzando en aquel 2006. Ya habían jugado ocho partidos, pero lo mejor estaba por venir. En total, protagonizaron hasta el momento nueve finales de Grand Slam, una de ellas, la de Wimbledon 2008, en la retina de todos los hinchas. Por el camino, Federer ganó además el oro olímpico en dobles en Pekín 2008 y Nadal repitió la hazaña en Río 2016.
En 16 de enero de 2011, Federer y Nadal disputaron un minipartido de exhibición de dobles ante la belga Kim Clijsters y la australiana Samantha Stosur en el marco del Abierto de Australia. Se impusieron las mujeres por 5-2, pero la derrota, autoinducida y sin importancia, fue lo de menos. Todos se quedaron con ganas de más.
Las lesiones y la prioridad que da cada uno a su carrera individual -Nadal jugó este año dos partidos de dobles y Federer disputó su último encuentro por parejas en 2015- fueron postergando el momento que finalmente llegó hoy en Praga. Fue en la Copa Laver, un torneo creado por el propio Federer y su agencia de representación que tiene un formato como la Ryder Cup de golf, con un equipo europeo frente a otro del resto del mundo.
La dupla Nadal-Federer no tiene antecedentes en la era moderna del tenis. Es cierto que hubo dobles con grandes parejas como Bjorn Borg-Rod Laver, Borg-Guillermo Vilas o Borg-Jimmy Connors, pero en ningún caso jugaron con ambos integrantes copando los dos primeros escalones del ranking mundial.
Tampoco Andre Agassi y Pete Sampras -la úlima gran rivalidad del tenis masculino antes de la de Federer y Nadal- jugaron juntos.
La noche de Praga supuso un hito en la carrera de los dos tenistas más exitosos y carismáticos de la historia. Un diestro y otro zurdo. El rey de la hierba y el rey de la arcilla. El estilo clásico y el estilo moderno. Los dos vestidos iguales: pantalón blanco, camiseta azul y cinta blanca en la cabeza. Federer y Nadal por fin juntos del mismo lado de la red.
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