Turkmenistán, probablemente el país más ‘diferente’ del continente asiático (sus habitantes tienen agua, luz y gas gratis; en su gran desierto cuentan con un cráter siempre incendiado y cuentan con la ciudad con más edificios de mármol blanco del mundo), albergará a partir del próximo 17 de septiembre los Juegos Asiáticos en Recintos Cubiertos y de Artes Marciales en su capital, Ashjabad.
Se trata del evento internacional más importante que ha organizado este país en toda su historia, por lo que el gobierno quiere que salga todo perfecto y dar la mejor de las imágenes. Tal es así, que una de las curiosas medidas ha sido la de prohibir a las tiendas de todo el territorio que vendan alcohol hasta el mes de octubre, según han informado los vendedores a los medios.
Además, la seguridad será máxima. Gurbangulí Berdimujamédov, presidente autócrata del país, ha ordenado cerrar las fronteras, restringir la concesión de visados y endurecer los controles de aduanas, además de reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad en las calles de la capital turkmena.
Más de 8.000 deportistas de 62 países de Asia y Oceanía participarán en la quinta edición de una competición que se celebra cada dos años desde 2005 y que cuenta con deportes como ajedrez, tenis, fútbol sala, lucha libre, atletismo y natación. Todas las miradas se centrarán en Turkmenistán, uno de los países más cerrados del mundo, con la oposición desterrada y constantemente criticado por su violación de los derechos humanos.
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