Gaël se encuentra en su habitación. Tranquilo. Tumbado en su cama. En las paredes de cuarto, imágenes históricas del fútbol francés, su pasión. Está escuchando música, probablemente su canción favorita, la que le relaja tras un duro día de instituto. De repente, alguien llama a su puerta. Su madre le avisa que se prepare. Hoy toca entrenar. Un día más de sufrimiento. Un día menos para cumplir su objetivo.
En el coche, de camino al Centre de Préformation de Football en Liévin, muy cerca de Lens, iba pensando en su sueño: ser futbolista profesional. En ese momento, Kakuta era un niño. Jugaba los fines de semana con el RC Lens y durante la semana trabajaba en el centro de alto rendimiento. Llevaba cuatro años en la cantera del equipo francés y cada vez veía más cerca su debut en el primer equipo.
El bueno de Gaël entra en el vestuario pero no le dejan cambiarse. Tienen que hablar con él y con su familia. Primera gran decisión de su vida: el todopoderoso Chelsea inglés quiere ficharle. En ese momento, todo cobra sentido. Las lágrimas, el sudor, el esfuerzo de tu familia por cumplir su sueño. Un chaval que cuando debutó con el Lille-US Moulins, pese a que sufrió una de las mayores derrotas de su vida, cayendo 17-1, no se rindió y siguió luchando día a día. Rendirse no era una solución.
Kakuta firmó por el Chelsea cuando era un niño, con 15 años y 6 meses de edad. Empezó bien, marcando 10 goles en 19 partidos en su primera temporada en Londres. La afición blue veía en él a una futura estrella. Era un jugador que en cada partido dejaba detalles de su enorme calidad. Solo hay que escuchar las palabras de Ballack a un periodista tras jugar con él en un partido con el equipo reserva: “Ve a hablar con él (refiriéndose a Gaël), es la estrella”.
Ese es el camino que tendría que haber seguido Gaël Kakuta. Pero no fue así. El tres de septiembre de 2009, la FIFA sancionó al Chelsea sin fichar hasta 2011, suspendió a Kakuta durante 4 meses y obligó al jugador a realizar un pago de 780.000 euros. El RC Lens había denunciado al Chelsea por el fichaje del jugador francés. Con 17 años llegaba el primer gran revés de la carrera del extremo francés. Por suerte, en noviembre de ese año la sanción fue suspendida y fueron absueltos. En esa temporada, la 2008/09, llegó el gran día del jugador nacido en Lille: su debut en al Premier League contra el Wolverhampton y en Champions contra el Apoel. Pese al primer revés de su carrera, todo parecía que iba a pedir de boca.
A la temporada siguiente, Kakuta se destapó aún más, marcando su primer gol con el Chelsea en liga contra el Sunderland y jugando una docena de partidos en la competición. Por si fuera poco, también dejó una asistencia en liga de campeones contra el Marsella. El extremo francés ya salía en los medios como la próxima gran promesa del Chelsea. Incluso llegó a debutar con la selección francesa Sub-21, tras jugar en todas las categorías inferiores del combinado nacional.
Pero algo se torció. El Chelsea comunicó a Gaël que aún estaba verde para el primer equipo y que saldría cedido en busca de minutos. Su primer destino, el Bolton, no fue como se esperaba y en enero decidieron cancelar el préstamo. En ese momento, su rendimiento empezó a bajar. Gaël empezaba a desesperarse. Por suerte para él apareció el Dijon francés, donde disputó 14 partidos y marcó 4 goles. Kakuta volvía a sonreír.
A partir de ese momento la carrera de Gaël se volvió una montaña rusa. Una gran temporada en el Vitesse holandés y otra muy irregular en la Lazio, antes de hacer su mejor año: en el Rayo Vallecano. Fue la gran estrella del equipo, jugando 35 partidos, marcando 5 goles y dejando 7 asistencias. Kakuta volvía a soñar. Ahora sí, era su momento. Había demostrado en la élite, en toda una liga española, que podía ser líder de un equipo y ser determinante en los partidos importantes.
Su gran año en Madrid provocó el interés de varios grandes del fútbol europeo. Era el momento de salir del Chelsea, donde no iba a tener oportunidades, y tras una dura negociación, el Sevilla desembolsó 6 millones de euros por él. Parecía una buena noticia, pero no lo fue. Nuevo revés. Tras solo cuatro partidos jugados con el equipo hispalense, llegaba una de las decisiones más sorprendentes de su carrera. Un jugador con la progresión de Kakuta, con 25 años, se iba al Hebei Fortune chino por 5 millones. La carrera de Gaël, cuesta abajo.
Allí las cosas tampoco salieron como se esperaba y, tras la nueva restricción de la Superliga China de contar con 3 extranjeros, el equipo decidió cederlo. Hernanes, Aloísio y Lavezzi ocupaban esas plazas de extranjeros y Kakuta, una vez más, se quedaba sin sitio. El RC Deportivo de La Coruña, equipo histórico de La Liga, pujó fuerte por él y logró su cesión en enero. Allí, poco a poco empezó a ganarse minutos, y dejó dos buenos goles contra el Sevilla. Esa fue toda su aportación. No cumplió las expectativas de la afición y acabó siendo apartado del equipo tras un enfrentamiento con el entrenador, Pepe Mel. La carrera de Kakuta se encontraba completamente estancanda.
El bueno de Gaël había caído en el completo ostracismo. Necesitaba una nueva oportunidad para sentirse futbolista. Parte de su felicidad la recuperó cuando debutó, además marcando un gran gol, con la selección del RD del Congo. Pero le faltaba algo: estabilidad.
Este año acababa de firmar por el Amiens, equipo recién ascendido de su país. Firmó por 4 años. Volvía a ser feliz. “Esto me dará la estabilidad que necesito”, contaba en los medios oficiales del club. Se volvía a sentir querido. Pero todo se volvió a torcer.
Cuando iba a debutar el Amiens en liga se dijo que Kakuta no contaba con el transfer. La realidad es que Gaël no forma parte del club. Dejó de salir en la web del equipo francés y portales como Transfermarkt informaban que el extremo seguía pertenenciendo al equipo chino. El Hebei Fortune se había negado a venderlo, solo quería una cesión. Bajó su ficha al equipo reserva, mientras se negaba a enviar su transfer y el continuaba entrenando con el equipo del norte de Francia a la espera de saber su futuro.
Gaël Kakuta, una carrera llena de malas decisiones. Por suerte para él, no está todo perdido. Todavía cuenta con 26 años y hemos visto a jugadores explotar todavía más tarde. Esperamos que acabe pronto su calvario y recupere la felicidad en Amiens, cerca de su familia.
Fútbol como forma de vida. Colaborador de varios medios digitales como Los Otros 18, Mundiario o DeporSempre. Twitter: @Aldo_Vazquez1
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