Entre los ochenta y cinco sujetos autónomos que componen el inmenso mapa de Rusia se encuentra Chechenia, una zona que vivió una lacónica independencia con la disolución de la Unión Soviética antes de volver a pertenecer a Rusia en forma de República. Su capital es Grozny, situada a orillas del río Sunzha y unida a través de diversos oleoductos con los mares Caspio y Negro. Además de sus potentes plantas industriales, Grozny tiene otro atractivo: el fútbol.
Aunque quizás os suene más el nombre de Terek Grozny, desde hace apenas un mes el conjunto recibe el nombre de Akhmat, en honor a Akhmat Kadyrov, ex presidente de la república chechena asesinado en 2004 por una mina colocada en el estadio de Grozny durante un desfile conmemorativo de la II Guerra Mundial.
Oleg Kononov relevó a Rashid Rakhimov en el cargo de director técnico esta temporada. El nuevo entrenador tiene la ardua tarea de superar los buenos registros del ruso, algo que, teniendo en cuenta que la pasada campaña se volvieron a quedar a las puertas de la Europa League, se antojaba complicado. Sin embargo, el buen hacer de los scouters y directivos del club permitieron volver a preparar una plantilla muy competitiva, con más de una sorpresa.
Pese a que Bekim Balaj todavía no ha contado con minutos en estos primeros tres partidos, y es que el delantero albanés es de lo mejorcito que tiene el Akhmat, Kononov ha conseguido exprimir al máximo a su plantilla, recuperando para la causa a un Oleg Ivanov que vivió una temporada gris entre 2016 y 2017, y que quiere volver a la selección rusa. Además, el esquema de tres defensas aporta una gran seguridad a la zaga verde, siempre liderada por Andrey Semenov, uno de los mejores (y poco reconocidos) centrales nacionales.
Foto | fc-akhmat.ru
Tras los aciertos brasileños de Mauricio (ya no está) y Rodolfo, el Akhmat pescó hasta tres futbolistas en el mercado sudamericano: Philipe Sampaio (22 años), Ravanelli (19 años) y Leo Jaba (18 años). Tres promesas que se han saltado el proceso de adaptación para romperla y ser importantes en el esquema del técnico bielorruso. Aunque quedarse con uno podría sonar injusto, el adolescente Leo es la gran sensación del equipo. Llegó por dos millones procedente de un Corinthians donde aparentemente no tendría sitio, y aquí ha obtenido la libertad de un experimentado extremo digno de ser la estrella. Leo encara mucho, tiene un gran uno para uno y un estilo característico. Rápidamente se saca de la manga un buen disparo y está siendo uno de los futbolistas más activos, en la primera jornada anotó un auténtico golazo con desmarque veloz y regate al cancerbero incluido.
Este Akhmat es un club humilde, sin grandes nombres ni gastos, y en verdad es habitual ver cómo sus futbolistas abandonan la ciudad en busca de clubes mejores, como los casos del mencionado Mauricio o Matej Rybus. Hoy lograron su tercera victoria de las tres posibles tras imponerse a un Dynamo de Moscow que, de no ser por Anton Shunin, se hubieran llevado algún gol más. Previamente ha vencido a los rocosos Amkar Perm y FC Rostov, y hasta la quinta jornada no vivirán su primera gran prueba de valor, donde se medirán ante el FC Krasnodar, jornada previa a la visita a San Petersburgo, partidos que definirán dónde se situará este año el Akhmat Grozny que, un servidor, apostaría por su candidatura para ocupar una plaza en la Europa League. Siempre que el trabajo siga siendo su seña de identidad.
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