Por si no hubiera ya una avalancha de datos estadísticos plagados de historia en las finales de Wimbledon que se disputarán este fin de semana, Venus Williams y Roger Federer podrían repetir la foto de campeones diez años después.
La estadounidense derrotó en la final de 2007 a la francesa Marion Bartoli por 6-4 y 6-1 y el suizo se impuso en el partido por el título de aquella edición al español Rafael Nadal por 7-6 (9-7), 4-6, 7-6 (7-3), 2-6 y 6-2.
Ahora, una década después, los dos vuelven a estar a las puertas del título tras superar sendos periodos llenos de dudas.
Venus Williams, de 37 años, buscará ante la española Garbiñe Muguruza su octavo título de Grand Slam y el sexto el Wimbledon, pero el primero desde 2009. A la estadounidense la diagnosticaron en 2011 una enfermedad autoinmune, el Síndrome de Sjögren en 2011, y le costó mucho tiempo recuperar el nivel.
Federer, por su parte, no ganaba un grande desde 2012 y se perdió la segunda mitad de la temporada 2016 por problemas en la rodilla y en la espalda. En un espectacular regreso conquistó Australia, Indian Wells, Miami y Halle para llegar a Wimbledon como favorito.
Al borde de cumplir 36 años, Federer se medirá el domingo en la final al croata Marin Cilic. Si gana, levantará por octava vez la copa de Wimbledon y sumará su Grand Slam número 19.
Ex números uno los dos, Venus Williams y Federer pueden batir nuevos récords de longevidad. La norteamericana, con 37 años y 28 días, podría convertirse en la mujer de más edad en ganar Wimbledon en más de cien años. Hay que remontarse a 1908 para ver a Charlotte Sterry conquistar el prestigioso torneo con 37 años y 282 días.
Federer, mientras tanto, está a un paso de ser el más jugador más veterano en ganar Wimbledon desde que arrancó la Era Abierta en 1968. El helvético tendrá el domingo 35 años y 244 días.
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