Hay un rostro que aparece hoy en todos los diarios británicos, el de Johanna Konta, la tenista de moda en Wimbledon.
La jugadora de 26 años está haciendo las delicias del tenis británico en el All England Club. El martes se convirtió en la primera local en alcanzar las semifinales del torneo desde 1978 y está a dos victorias de poner fin a cuatro décadas de sequía, los 40 años exactos que separan el título de Virgina Wade del presente.
«La nueva reina de la pista central«, escribió hoy el diario «The Times», que aseguró que Konta tiene las cualidades para ser campeona de Grand Slam. «The Daily Mail» recordó que la británica era tan ambiciosa que incluso de pequeña hacía llorar a su hermana mayor cuando jugaban al Monopoly.
«Kont stop me now!», señaló por su parte el tabloide «The Sun» haciendo un juego de palabras con la famosa canción de la banda The Queen. No quieren las islas británicas que Konta se detenga ahí: quieren que gane mañana a Venus Williams en semifinales y que el sábado levante el título, ya sea ante Garbiñe Muguruza o Magdalena Rybarikova.
Además, la inesperada derrota hoy de Andy Murray, el gran ídolo local y doble campeón del torneo, dejó a Konta como la única esperanza de los hinchas británicos, que enloquecen en la famosa colina de Wimbledon cuando el que juega es uno de los suyos.
Konta, actual séptima del ranking, había disputado hasta este año cinco ediciones de Wimbledon. En las cuatro primeras se despidió en su debut, mientras que el año pasado ganó un partido. En total, cinco derrotas y una única victoria en el tercer grande del año hasta 2017.
A pesar de ese historial y de la enorme presión de ser británico en Wimbledon -que se lo pregunten a Murray o a Tim Henman-, Konta llegó a Wimbledon 2017 en el mejor momento de su carrera. Ganó los títulos de Sydney y Miami y además disputó la final de Nottingham.
En Wimbledon tuvo un camino sinuoso: en la segunda ronda derrotó a Donna Vekic con un 10-8 en el tercer set, en octavos necesitó también tres parciales ante Caroline Garcia y en cuartos tumbó a Simona Halep por 6-7 (2-7), 7-6 (7-5) y 6-4 cuando la rumana se jugaba ser la próxima número uno.
Murray rompió en 2013 una maldición de 77 años que perseguía a los tenistas británicos. Fred Perry lucía como el último campeón del cuadro masculino desde 1936. En el femenino no hay que viajar tanto en el tiempo, pero sí cuatro décadas.
«Estoy sorprendida de que haya pasado tanto tiempo desde la última semifinalista británica«, dijo Virgina Wade, triple campeona de Grand Slam. «Es bonito ser la última ganadora local en Wimbledon, pero sería mejor tener muchas tenistas británicas en condiciones de poder ganarlo«, agregó la ex tenista, que siguió el triunfo de Konta ante Halep desde el palco real de la pista central.
«Me impresiona cómo mantiene la calma en los momentos difíciles«, explicó Murray sobre su contemporánea.
Hija de un hotelero y de una dentista, ambos de Hungría, Konta nació el 17 de mayo de 1991 en Sydney y vivió en Australia hasta que tenía 14 años. En 2012 consiguió la nacionalidad británica y desde entonces vive en Eastbourne, en la costa sur.
Ahora está a un paso de hacer historia para el tenis británico. «Estar en semifinales de un Grand Slam y encima en tu país es increíble», dijo la jugadora antes de su duelo de semifinales ante la mayor de las Williams.
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