La derrota en los octavos de Wimbledon, y sobre todo cómo se produjo, dejó un gusto amargo en Rafael Nadal, pero todo indica que el futuro cercano tiene guardadas buenas noticias para el tenista español.
El campeón de 15 Grand Slam cayó el lunes por 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13 ante el luxemburgués Gilles Müller y arrancó las vacaciones unos días antes de lo que hubiera deseado. Ahora aparcará unos días la raqueta y después empezará a entrenar en cancha dura para preparar la gira americana.
«Ahora tengo tiempo para descansar y será el momento de analizar la primera parte del año. Es el primer parón grande que tengo desde que arrancó la temporada y habrá que analizar los seis o siete meses del año con frialdad«, dijo el ex número uno el lunes por la noche tras las casi cinco horas de partido ante Müller.
Y si estudia la primera parte del año desde la distancia, Nadal puede considerar Wimbledon como un simple tropiezo. Perdió las finales de Australia, Acapulco y Miami en los primeros meses del curso y después arrolló en la gira de arcilla con cuatro títulos, entre ellos su décimo Roland Garros. Semejantes resultados le colocaron en lo más alto de la clasificación anual y a escasos puntos del número uno de la ATP.
Atacar la primera posición del ranking, aunque el propio Nadal no se remita a ello, es uno de los objetivos del zurdo. «Nos haría una gran ilusión», viene repitiendo en las últimas semanas Toni Nadal, su tío y entrenador.
El lunes, con la mirada puesta ya en la gira americana, que arranca el 7 de agosto en Montreal y que continúa con Cincinnati y el US Open, Toni Nadal aseguró que se imagina un futuro brillante. «Creo que sí vendrán cosas bonitas, pero Djokovic, Murray y Federer están ahí. Al final sabes que tendrás que competir sobre todo con estos», sobre sobre la lucha por el número uno.
En total, Nadal defiende 270 puntos en los torneos de Norteamérica por los octavos de Cincinnati y la misma ronda del US Open. Pase lo que pase en lo que queda de Wimbledon, tendrá el número uno a menos de 2.000 puntos y con Andy Murray y Novak Djokovic, sus principales rivales ahora mismo sin olvidar a Roger Federer, defendiendo una gran cantidad de unidades hasta final de año. En el caso del británico, son 5.460 puntos, una montaña.
«Tengo que enfocar la segunda mitad del año con unos objetivos tenísticos y acercarme a esos objetivos de juego si quiero tener opciones de pelear por las cosas que me gustan», señaló Nadal en rueda de prensa.
«Mi objetivo es seguir jugando agresivo, seguir usando el drive como ahora, a una intensidad alta, sin cometer muchos errores, y volver a adaptarme a la pista dura, que llevo meses sin jugar en ella. Tengo que intentar volver a ponerme en la situación de antes de que arrancara el año y encontrar ese nivel de pista dura. Si lo consigo, sé que estoy preparado para competir bien», expresó un Nadal que lleva desde enero de 2014 sin ganar un título en cancha dura.
En el año 2013 estaba a estas alturas de temporada en una situación similar. Tanto en 2012 como en 2016 se perdió la segunda mitad del curso por lesión, pero al año siguiente reapareció como un ciclón.
En 2013 ganó siete torneos, entre ellos Roland Garros, antes de caer inesperadamente en la primera ronda de Wimbledon. Se levantó e hizo triplete en Norteamérica, alzándose con los títulos de Canadá, Cincinnati y US Open.
Unas semanas después de conquistar aquel Grand Slam recuperó el número uno y no lo soltó hasta junio 2014, la última vez que estuvo en la cima del ranking.
«Llevo un año muy bueno, es el momento de pararse, tomarse vacaciones, tomar aire y después ponerse a trabajar con un objetivo claro«, señaló Nadal el lunes. Instantes después precisó que no hablaba del número uno cuando dijo lo del «objetivo claro», sino de «objetivos tenísticos». Pero qué duda cabe de que la cima del ranking aparece en el horizonte del español.
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