Nadie dijo que fuese fácil, hablamos de la Champions. A pesar de todo, el resultado de empate a uno es buenísimo para el Athletic, por el valor doble de los goles. Lo importante era marcar un gol e Iker Muniain lo ha logrado en el minuto 41.
Valverde disponía el once titular que ya venía ensayando, con Beñat haciendo de “Herrera” y De Marcos de “Iraola”. La verdad es que antes del partido San Paolo daba más miedo que durante el encuentro. Se puede ganar al Nápoles. No somos peores. Y eso que el partido empezó con mucho respeto por parte de ambos equipos. Tres ocasiones para los italianos y dos para los bilbaínos.
La igualdad era la tónica predominante, hasta que Muniain marcó el 0-1 en el minuto 41. El Athletic cobraba una ventaja importante y se iba al descanso con un resultado importantísimo.
Tras la reanudación, todo seguía igual. El partido igualado, muy táctico, con dos técnicos “maestros del ajedrez” moviendo sus piezas. Hasta que apareció Higuaín, que tiene obsesión con el Athletic y marcó el empate a uno en el minuto 68. Quedaba un mundo y tocaba sufrir. Tres ocasiones tuvieron los “italianos” (que no había ni uno, por cierto), pero fueron desbaratadas por ellos mismos o por la providencial mano de Iraizoz. Súblime.
Valverde dio por bueno el empate y sacó a San José, Ibai y Erik Morán. El resultado de cara a la vuelta es buenísimo, firmado por mí mismo antes del encuentro.
San Paolo no ha actuado como santo, pero San Mamés tiene que demostrar por qué tiene atesora dicha condición. 53.000 santos animarán al Athletic el próximo 27 de agosto en La Catedral. Les esperamos. Les ganaremos. Somos el Athletic.
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