Se acabaron las pruebas. A partir de ahora, los tropiezos se pagan caros, así que Chile está obligado a ganar mañana a Camerún en su debut en la Copa Confederaciones si quiere demostrar su talla de campeón.
El ganador de la Copa América es claro favorito en el estadio Spartak de Moscú, pero el conjunto africano no solo demostró en febrero en Gabón que se siente cómodo en el papel de «outsider», sino que además ha hecho del torneo en Rusia casi una cuestión de honor.
Sin grandes estrellas pero con un grupo compacto, Camerún conquistó contra pronóstico la Copa de África y terminó con 15 años de sequía de títulos. El triunfo le dio además la posibilidad de volver a una Copa Confederaciones y honrar el recuerdo de Marc-Vivien Foé, cuya muerte en la edición de 2003 conmovió al mundo del fútbol y sigue muy presente en el corazón de los Leones Indomables.
En cualquier caso, la lógica dice que la jerarquía de la Generación Dorada chilena debería imponerse mañana en el primer duelo del Grupo B, en el que también están Alemania y Australia. Los sudamericanos son un equipo en plena madurez con estrellas consagradas en clubes de primer nivel europeo, como Arturo Vidal o Alexis Sánchez.
El técnico Juan Antonio Pizzi no podrá contar en el debut con Claudio Bravo, su capitán. El arquero del Manchester City se lesionó en la pierna a finales de abril, pero no quiso bajarse de la Copa Confederaciones y espera regresar al equipo durante el torneo, en una muestra del compromiso de un plantel ávido por exprimir el momento.
Chile no había ganado ningún gran título hasta que conquistó la Copa América de 2015 en su propio país. Un año más tarde, renovó el éxito con el triunfo en la Copa América Centenario, de nuevo derrotando en la final a la Argentina de Lionel Messi.
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Argentinos fueron, precisamente, los técnicos que le dieron la vuelta a la Roja y la convirtieron en el equipo ultracompetitivo que es hoy: Marcelo Bielsa puso las bases, Jorge Sampaoli culminó el trabajo con el primer título y Pizzi lo confirmó con el segundo.
Ahora, Chile es un equipo que no solo trata bien la pelota, sino que mantiene una coherencia y orden táctico destacado incluso por el técnico del campeón del mundo, Joachim Löw. «Chile es una de las dos, tres mejores selecciones del mundo», dijo a dpa el entrenador de Alemania.
La baja de Bravo será cubierta probablemente por Johnny Herrera, pero el resto del equipo no variará en lo esencial de ese once que Chile recita prácticamente de memoria. Medel estará seguramente acompañado en el centro de la defensa por Gonzalo Jara y en los costados por Mauricio Isla y Jean Beausejour; Arturo Vidal, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz y José Fuenzalida formarían en centro del campo, y Eduardo Vargas y Alexis Sánchez en la delantera.
Sánchez no se entrenó el viernes por precaución tras sufrir un golpe, pero no parece que su participación corra peligro.
Chile tropezó en sus dos partidos de preparación previos a la Copa -primero ante Rusia (1-1) y luego frente a Rumanía (3-2)-, pero el equipo suele dar otra cara cuando se juega por los puntos. También Camerún llega entre interrogantes tras caer 4-0 ante Colombia, aunque el técnico de los africanos, Hugo Broos, introdujo muchas variantes en su once.
No hay grandes nombres en el aguerrido y solidario conjunto africano, lejos del relumbre de estrellas como Eto’o, Song o Foé. Pero para eso viajaron a Rusia los Leones Indomables, para volver a poner a Camerún sobre el mapa.
El probable once camerunés estará formado por Fabrice Ondoa; Collins Fai, Adolphe Teikeu, Michael Ngadeu Ngadjui, Jonathan Ngwem; Arnaud Djoum, Sébastien Siani; Jacques Zoua, Benjamin Moukandjo, Christian Bassogog; Vincent Aboubakar.
El segundo equipo más joven de la Copa Confederaciones -una especie de ensayo previo al Mundial que reúne a los seis campeones continentales, al campeón mundial y al anfitrión- se ha impuesto además la misión de honrar a Foé en el mismo escenario de su muerte.
El centrocampista falleció poco después de desmayarse sobre el césped en las semifinales de la Copa Confederaciones disputada en 2003 en Francia. Destrozado, Camerún perdió poco después la final ante el anfitrión, pero el recuerdo de aquellos días se mantiene muy vivo en la mente de esta nueva generación.