Enfrentarse a una página en blanco es difícil, y lo es más cuando hay que hablar de un equipo que descendió hace unos días. Para ellas son jornadas de reflexión. Para mí, días de pensar en cómo expresar tantos sentimientos acumulados por una situación. Una situación que se produce el pasado domingo, fuera de casa. El Betis iba ganando al Albacete y el Oiartzun, con el resultado del rival, dependía de sí mismo para salvarse. Fue esa dependencia la que le llevó al ostracismo. El conjunto manchego se salvó sobre la bocina porque el equipo vasco no lo supo aprovechar.
Es complicado escribir estas letras cuando se tiene una sensación amarga por ver las lágrimas que derramaron las jugadoras sobre el terreno de juego, tanto ese día fatídico como la anterior jornada liguera. Aquellas que lucharon por mantenerse en la máxima categoría. Unas guerreras que compitieron hasta el final por seguir en una división a la que no estaban acostumbradas, desde que se crease la Superliga. Desde ese año, en el 2000, el Oiartzun no sabía lo que era estar en Primera hasta que hace dos temporadas (2014/15), sin haber perdido ningún encuentro, se situaron en el cielo. Dos años seguidos entre los 16 equipos de la Liga Iberdrola, hasta la última jornada de esta ‘maldita’ temporada. Ahora es momento de pensar en positivo. De pensar en el propósito de la temporada que viene, de ser un equipo unido, de entrenar y de volver. Volver como ya lo hicieran en aquel 2015. Y volver más fuertes que nunca. Es momento de no bajar los brazos porque vendrán tiempos mejores.
Como decía la canción de Serafín Zubiri, representando a España en Eurovisión en 1992, “qué no me bajen de aquí. Aquí hay espacio para mis anhelos. Todo se puede cumplir. Que no me obliguen a pisar el suelo. Que sólo quiero seguir. Colgado de un sueño”. “Todo se puede cumplir”, repito. “Colgado de un sueño” vive ahora el Oiartzun. Ese sueño que se ha escapado esta temporada tras bajar a Segunda División, pero que nunca se esfuma. Y nunca se esfuma porque la Primera siempre estará ahí esperando a aquellas jugadoras que hicieron historia subiendo de nuevo a la máxima categoría.
Oiartzun, ¡Primera te espera!