El alcalde de la ciudad colombiana de Cali, Maurice Armitage, advirtió hoy que prohibirá los partidos de fútbol si se siguen presentado actos de violencia como los que afectaron el miércoles el clásico regional entre el Deportivo Cali y el América.
Los equipos caleños se enfrentaron por la Copa Colombia, que reúne a equipos de la primera y segunda división, y al final del partido se produjo una invasión a la cancha por parte de hinchas del Deportivo Cali, mientras que en las tribunas y las afueras del estadio «Pascual Guerrero» había peleas.
«Si la violencia sigue, yo como alcalde prohibiré el fútbol porque no voy a permitir que se convierta en un problema de vandalismo, donde unas personas atropellan la ciudad. Eso no lo voy a permitir un minuto más«, dijo Armitage.
El alcalde hizo la advertencia poco antes de encabezar un consejo extraordinario de seguridad para analizar lo ocurrido y tomar medidas junto con la Policía Nacional. «Todos los habitantes de Cali deben tener muy claro que por encima de todo está la estabilidad de la gente. A mí me encanta el fútbol, pero tengan la plena seguridad de que las medidas serán más drásticas de lo que se pueden imaginar», agregó.
Según la Policía Nacional, los enfrentamientos dentro y fuera del estadio dejaron un saldo de tres heridos y 85 personas arrestadas. No obstante, versiones periodísticas dicen que los heridos fueron 22. El Deportivo Cali derrotó por 1-0 al América en un partido con mucha polémica por decisiones arbitrales.
Las «barras bravas» del América y el Deportivo Cali habían hecho un pacto de paz antes del partido debido a los antecedentes de violencia entre sus miembros en los últimos meses.
«Sentimos que hemos sido defraudados con respecto a los acuerdos que se habían pactado y por eso estamos evaluando el tema de la representatividad de las personas de las barras que se han sentado con nosotros«, dijo el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Juan Pablo Paredes.
El presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), Jorge Perdomo, ha impulsado en los últimos meses una reforma de estatutos del organismo para que los clubes sean sancionados con pérdida de puntos y hasta con el descenso si sus directivos tienen nexos con las «barras bravas», que no ha logrado consenso.