El momento no podía ser más apropiado: a 48 horas del límite de los traspasos en la NBA, Los Angeles Lakers nombró a la leyenda Earvin «Magic» Johnson como presidente de operaciones de baloncesto, con la idea de mejorar el pobre presente, pero con la mirada puesta al futuro.
Cinco veces campeón con los Lakers, «Magic» asumió en la franquicia californiana en una coyuntura más que difícil, en una temporada de reconstrucción tras el retiro a mitad del año pasado del astro Kobe Bryant. Con un récord de 19 triunfos y 39 derrotas, el equipo marcha penúltimo en la Conferencia Oeste, con posibilidades mínimas de acceder a los play offs. Si como todo indica no se clasifica, será la cuarta campaña consecutiva sin postemporada, la peor marca de su historia.
Bajo esas circunstancias, y con la misma personalidad que mostraba en el campo, Johnson aceptó el desafío. «Es un sueño hecho realidad volver a los Lakers como presidente de operaciones de baloncesto para trabajar en estrecha colaboración con la familia Buss (la propietaria del equipo)», dijo de manera protocolar en el comunicado que emitió la franquicia.
Sin embargo, en su primer mensaje en su nueva función, «Magic» dejó en claro que la tarea para regresar a los Lakers a los primeros planos y, sobre todo, a lograr el décimo séptimo título en la NBA, no será nada sencillo.
«Yo no estaría aquí sentado si la situación fuera fácil o estuviera bien», admitió el tres veces jugador más valioso de la Liga estadounidense. «Yo soy una persona que asume riesgos y creo que podemos revertir esta situación. Tal vez demande algunos años, pero yo estoy aquí», destacó con mucha confianza.
A menos de 24 horas de asumir el cargo, Johnson no sólo se quedó en el discurso, sino que también empezó con la acción. De acuerdo a los reportes de prensa, Lou Williams, el máximo anotador de los Lakers en la temporada con 18,6 puntos de promedio, ya fue traspasado a Houston Rockets a cambio de Corey Brewer, además de una selección de draft.
En principio, el canje no parece tener ningún beneficio inmediato, ya que el alero que llega apenas promedia 4,2 puntos, aunque la estrategia de Johnson significa una apuesta al futuro con la mira en el draft del año que viene. Hasta que mañana a la noche se cierren los traspasos, habrá que ver si Johnson promueve alguna otra modificación.
Al mismo tiempo, los movimientos de la franquicia angelina con Johnson en la cabeza también parecen buscar el regreso de otra gloria como Bryant. «Lo que él quiera hacer, lo podrá. No hay un rol especial«, dejo «Magic» sobre el retirado astro. El ofrecimiento para que Rob Pelinka sea el nuevo mánager general tras el despido de Mitch Kupchak parece tener directa relación con Bryant: fue su agente durante su carrera.
La cartera de contactos de Pelinka, representante de varios jugadores consagrados y de buena relación con la familia Buss, no surge de manera ingenua. Si bien por la política de la NBA deberá deshacerse de su empresa de representación, su influencia puede resultar decisiva para atraer estrellas a Los Angeles.