Acoplado al rígido corsé táctico que exige Unai Emery, el mejor Ángel Di María revivió el martes en la exhibición ante el FC Barcelona para llevar al Paris Saint-Germain «al fin» a otra dimensión. Los dos goles del ‘Fideo’ en el mismo día de su 29 cumpleaños fueron clave para que el conjunto francés masacrara por 4-0 al cinco veces campeón de Europa y se destapara como serio candidato al título, algo que sus millonarios dueños cataríes persiguen desde su llegada al club en 2012.
El atacante argentino jugó apenas una hora del partido de ida de los octavos de final, pero fue suficiente para ser uno de los mejores en una noche en la que el PSG hizo probablemente el partido más completo de su historia en la Champions League. «Fue un día perfecto, no podría haber sido mejor», dijo el sudamericano, cuyo equipo tiene todo en su mano para tomarse la revancha de las derrotas de 2013 y 2015 ante los catalanes.
Di María corrió, presionó, robó y marcó, tanto de falta directa como de jugada, en un derroche físico acorde con lo que mostró la mayor parte de sus compañeros y con lo que había exigido Emery. La relación entre ambos no fue sencilla en el comienzo de temporada, cuando el entrenador español, tres veces campeón de la Liga Europa con el Sevilla, aterrizó en París para tratar de darle al PSG, dominador de la liga local, el toque ganador que le faltaba en Europa.
Anárquico en su juego, al argentino se le atragantó la obsesión táctica del vasco, hasta el punto de que llegó a perder la titularidad en la delantera. «Fue una de las cosas que al principio me costó entender», dijo recientemente el ex jugador del Real Madrid al diario ‘Marca’. «Ustedes que me conocen saben que me gusta correr, ir para todos los lados, un poco desordenado, y él quiere que el jugador ocupe su espacio y presione en su posición. Me costó un poco al principio con él, pero lo he ido entendiendo y me gusta».
Hasta su explosión contra el Barça en el Parque de los Príncipes, Di María había marcado apenas cinco goles esta temporada y su rendimiento invitaba incluso a pensar en una salida del club, al que llegó en 2015, en el mercado de invierno europeo. La llegada en enero del extremo alemán Julian Draxler, que también brilló en su primer duelo de Champions con los parisinos, parecía además amenazar su posición, pero el resultado fue exactamente el contrario y el argentino regresó al once justo antes del partido ante el Barcelona.
«¿Qué factores de la demostración parisina se pueden atribuir a Emery?», se preguntó el diario francés ‘Le Monde’. «¿La resurrección de Di María, visiblemente estimulado por la competencia renovada con la compra de Draxler y el portugués Gonçalo Guedes?», agregó. El técnico español, de 45 años, vive al fin su momento más dulce en Francia, pero no le resultó precisamente fácil en sus primeros meses, en los que los mediocres resultados le reportaron más de un titular punzante. «La asombrosa victoria ante el Barcelona cambia todo para Unai Emery», escribió ‘Le Monde’, para quien «el PSG entró en otra dimensión».