Cada año los amantes del balompié tienen una cita ineludible con la Gala Panenka. El evento es una oda al fútbol que se lee. Este año los principales premiados fueron Fernando Santos, técnico de Portugal, como Antonin del Año y Álvaro Domínguez, ex futbolista, como Antonin de Honor. También fueron galardonados Francisco Cabezas, periodista de El Mundo, en la categoría de mejor reportaje; Miguel Pardeza, ex futbolista, en la de mejor libro, y Jordi Cotrina, colaborador de El Periódico, en la de mejor fotografía.
El fútbol va mucho más allá que 22 tíos corriendo detrás de un balón. El fútbol es pasión, es sentimiento, es alma. El fútbol son historias. Y todo ello es lo que intenta plasmar Panenka revista a revista. Por ello, su Gala es siempre tan esperada. Por ello, los galardonados se sienten siempre tan orgullosos.
Aitor Lagunas, editor de Panenka, preguntaba a Santos si le molestaba que la gente criticase su estilo de juego. El técnico de Portugal fue escueto, pero claro: “Gané”. En efecto, pocos creían en ellos y lo lograron. Con más sufrimiento que divertimiento, es cierto, pero al final lo que cuenta es el resultado final y este dice que Portugal fue la mejor. Álvaro, por su parte, representa aquello de que la vida va mucho más allá del fútbol. Se entregó en el verde, y se supera a diario fuera de él.
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Más allá de los galardonados, también se eligieron el mejor tweet, el mejor homenaje, la mejor afición y el paquete del año. La audiencia premió al Borussia Monchengladbach, Club Atlético Nacional, CA Osasuna y Simone Zaza, respectivamente.
El éxito de galas como estás representan una bala de oxígeno para una profesión que no atraviesa por su mejor momento. Vivimos en una época en la que hay exceso de información y en la que, por tanto, saber elegir bien representa una de las claves. Iniciativas como las de Panenka, Ecos o Campeones solo hacen que dignificar la labor periodística. El fútbol también es cultura, el fútbol también se lee.