A pesar de no ser considerado uno de los «cinco grandes» de Argentina, el Club Atlético Lanús no sólo es el actual campeón de la Liga y de la Supercopa, sino también uno de los pocos equipos que atraviesa sin grandes dificultades la crisis terminal del fútbol local, cuyo campeonato no aún tiene fecha de iniciación.
Con su victoria del sábado por 3-0 ante River Plate en la Supercopa, el Granate, como se lo conoce en Sudamérica, sumó su cuarto título a nivel nacional tras el Torneo Apertura 2007, el Campeonato de Primera División 2016 (derrotó 4-0 a San Lorenzo en la final) y la Copa Bicentenario 2016 (1-0 a Racing). Así, empezó a ser mirado como “el azote” de los equipos grandes. Además se convirtió en el quinto ganador de la Supercopa, luego de Arsenal (2012), Vélez Sarsfield (2013), Huracán (2014) y San Lorenzo (2015).
Su presidente, Nicolás Russo, es una de las voces más inteligentes de la dirigencia argentina en tiempos de crisis y ha sabido hacer crecer institucional y económicamente a Lanús. Hasta los clubes rivales admiten que todos los años inaugura al menos una obra en la sede del club.
Lanús tiene como principales actividades el fútbol y el baloncesto, pero también construyó una escuela para los niños de la barriada homónima, que está pegada a la zona sur de Buenos Aires.
Rodolfo D’Onofrio, presidente de River Plate, reconoció que Lanús viene haciendo “un trabajo” ordenado “en lo institucional y lo deportivo”, por lo cual “se ha vuelto un equipo difícil de enfrentar” y lo felicitó por el triunfo. El presidente de River, que también es miembro de la FIFA, admitió que si bien la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) está “muy cerca de tocar fondo”, el club del sur del la periferia bonaerense “está bien armado en los últimos años”.
El campeonato debía reanudarse este fin de semana, pero las continúas peleas entre directivos por los derechos de televisación y la designación del presidente de la AFA –que ahora está a cargo de la una comisión normalizadora- han postergado el fútbol al menos hasta marzo.
Otro aspecto que le da ribetes de “grande” a Lanús es el trabajo serio y a largo plazo del entrenador Jorge Almirón, quien utiliza métodos tácticos de rugby para armar jugadas preparadas y se reconoce discípulo del argentino radicado en México Ricardo La Volpe.
Almirón, que ganó el sábado su tercera final consecutiva de la temporada, dijo que el secreto de Lanús se basa en que es “un equipo de hombres” que se sobrepone a las dificultades. En tal sentido, admitió que River jugó “mejor” en el primer tiempo, por lo cual, sostuvo que la Supercopa Argentina “adquiere aún mas trascendencia por el nivel del rival”.
El entrenador destacó además el funcionamiento y la regularidad de su equipo, a pesar de que “se fueron jugadores importantes” del plantel, como el defensor paraguayo Gustavo Gómez, adquirido por el Milan de Italia.
El joven entrenador de 45 años hizo su carrera como jugador y se inició como técnico en México. Más tarde, exportó a Buenos Aires el “Método La Volpe” y tuvo un paso muy poco feliz por uno de los grandes, Independiente.
Sin embargo, ahora encontró en Lanús su lugar en el mundo y Lanús encontró al entrenador que lo está llevando a discutir cara a cara con los cinco grandes del fútbol argentino: River Plate, Boca Juniors, Independiente, Racing y San Lorenzo.