Lenda KOSOWSKI – A veces para encontrar hechos dignos de la mención en los libros de historia del fútbol, no hace falta irse cincuenta o setenta años atrás, a veces ni siquiera veinte. Hay veces que la historia se escribe muy cerca del presente y se recuerda como anécdota hasta que pasa a ser historia. Y en la historia de los mundiales de la DFB hay un pedacito de historia que, sin quererlo, sin buscarlo, quedó grabado en las mentes de los germanos con una sonrisa en los labios y un orgullo enorme en el pecho.
Tenemos que remontarnos ahora hará cuatro años -¡cuatro años! ¡pero si eso no es nada! ¡está a la vuelta de la esquina!-, cuando en marzo de 2010 un joven bávaro hizo su debut para la selección nacional. Thomas Müller jugó en el Allianz Arena, que es prácticamente su hogar, su primer partido oficial con la camiseta de la Mannschaft, contra, ni más ni menos que Argentina. El resultado del partido fue un 0-1 en casa y se ponían las cosas cuesta arriba para Löw en la preparación del mundial de Sudáfrica. Thomas fue uno de los tantos debutantes que ha hecho pasar Joachim por la selección en un proceso de rejuvenecimiento. El jugador tras una actuación modesta tapada por la derrota se dirigió a sala de prensa para contar a los medios como había sido cumplir el sueño de una niñez, pero se encontró con la primera línea de la historia del fútbol moderno: “No es normal que yo haga una conferencia de prensa con un jugador al lado”.
Así hablaba Maradona el cual se negó a permanecer en la misma sala que Thomas durante la rueda de prensa. El exfutbolista argentino confundió al germano con un recogepelotas. Cualquiera pensaría que tras jugar Argentina y ganar a Alemania en Múnich, el técnico de la albiceleste conocería los jugadores del contrario, al menos de vista. Sin embargo, y tras reconocer que no sabía que Müller era un jugador se disculpó, tras esto Diego Armando hizo su tanda de preguntas-respuestas al abandonar la sala los dos debutantes de Alemania en aquel partido: Müller y Kroos.
“Ahora Maradona ya sabe quién soy", esta frase del alemán llegó tres meses después de ser llamado como el “recogepelotas”. La albiceleste y Diego sufrieron lo que en Múnich conocen como “you got Müllered!”. El verbo descrito para los goles de Thomas: “Müllern”, ocurrió en el minuto 3 de cuartos de final del mundial de Sudáfrica, Müller grabó su nombre en la cabeza de Maradona. El bávaro lideró la goleada de su nación a Argentina ganando por cuatro a cero.
Galardonado con la bota de oro del torneo -5 goles y 3 asistencias- y nombrado mejor jugador joven de la cita mundialista. Es un chico tranquilo al que le gusta bromear y hablar por los codos, apodado “Raumdeuter”, término que en alemán significa “intérprete de espacios” y autoapodado “el último unicornio” viste el número 13, el del mítico Torpedo Müller quien dice del joven: “Es un goleador nato. Quizás no hace nada en media hora y de repente ¡te marca!”.
Müller ya dejó su huella en la historia del fútbol alemán. Demostró que pese a su juventud, en el mundial de 2010 ya era uno de los grandes futbolistas de su país, garantía de gol y pasión es como conocen a Thomas los aficionados del National Elf. Alemania quiere volver a decir con una sonrisa en los labios eso de “es wird müllert”.
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