Que el fútbol chino está copando los focos mediaticos este mes de enero es un hecho. Grandes desembolsos y estrellas que acuden a la llamada del dinero del gigante asiático. Sin embargo, la Federación nacional puede haber dado un vuelco a las cosas con una decisión controvertida. La Super League queda afectada de manera importante.
Los rumores dicen que es exigencia del gobierno chino. Y será solo eso, rumores, pues otras federaciones como la kuwaití ya han sufrido todo el peso de la FIFA por injerencias de la política en sus decisiones. Sea cual sea el origen es que las reglas del juego han cambiado. La normativa reguladora de extranjeros decía que podrían estar sobre el campo 4 extranjeros a la vez, al menos uno de ellos de alguna nacionalidad asiática. Y se podría inscribir un quinto en el banquillo. Es decir, 3+1 sobre el campo como máximo.
Ahora, con la nueva decisión, la normativa es más simple y más restrictiva. Se mantiene el tope de cinco foráneos en la convocatoria. Pero sólo tres podrán estar sobre el cesped al mismo tiempo. Se elimina el cupo AFC. Y las consecuencias son de mayor calado que lo que pueda parecer a simple vista.
Y el ejemplo lo pone el club de moda, Shanghai SIPG. El conjunto de Villas-Boas tiene en nómina a día de hoy a Elkeson, Óscar, Hulk, Jean Kouassi y el uzbeko Odil Akhmedov. Un uzbeko que ha llegado de Krasnodar a cambio de casi 8 millones de euros con la seguridad de los minutos que le otorgaba ser extranjero AFC. Ahora la situación de Odil es la de un jugador que, en condiciones normales, apenas tendrá oportunidades.
A día de hoy 12 de los 16 conjuntos de la Super League tienen, al menos, cinco extranjeros firmados. Esta norma cambia las reglas del juego. Y pone en franca desventaja a los jugadores asiáticos. En las próximas semanas veremos a varios de ellos abandonando la Super League. Y el mayor éxodo será de surcoreanos. La República de Corea es el país asiático com mayor representación en la Super League. Y esta decisión les influye de manera directa.
Y como complemento, se exige que en el once inicial de cada equipo haya, como mínimo, un jugador chino U23. Dos en la convocatoria. Normas de última hora que pretenden acabar con el festival multimillonario de las últimas semanas y proteger al jugador nacional. Pese a ello China seguirá rompiendo el mercado, pero ahora los clubes tendrán que seleccionar con sumo cuidado dónde y en qué gastan sus millones. Se avecinan unos días intensos en los despachos de los clubes de la Super League.