El 2016 llega a su fin y, futbolísticamente hablando, lo hará con pleno de títulos europeos para los españoles. Champions, Supercopa y Mundialito para el Real Madrid, y Europa League para el Sevilla. Por tercer año consecutivo, España ha completado un 4 de 4 en Europa. No nos daremos cuenta de lo afortunados que somos hasta de aquí mucho tiempo. Nada como la perspectiva del tiempo para ver lo que uno ha conseguido y dejado de conseguir.
Madrid, Barça, Sevilla y Atlético de Madrid. Porque sí, porque es cierto que el equipo del Cholo no se ha llevado ningún trofeo, pero ha estado ahí siempre, peleando hasta el final, poniendo contra las cuerdas a los teóricos dos grandes. Ellos 4 reflejan el dulce momento por el que el fútbol español está atravesando en el fútbol internacional y ellos 4 serán los encargados de intentar lograr la cuarta Champions consecutivas.
Ya en la presente fase de grupos lograron 53 puntos de 72 posibles, con tan solo 3 derrotas en 24 partidos. Con tal superioridad, y visto lo visto en el sorteo de octavos, no sería descabellado ver a los 4 en cuartos. Y a partir de aquí, salvo que se enfrenten entre ellos, ya se sabe que superarles a doble partido es bastante complicado.
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Pero sería un error quedarse en el dominio europeo. Este arranque de la Liga 2016/17 se ha convertido en uno de los más disputados. Los equipos de la teórica clase media están sabiendo poner en aprietos a los de arribas y algunos incluso, como el claro caso de la Real Sociedad, están jugando más vistosamente. Es una evidencia que la desigualdad sigue siendo enorme, pero también lo es que ha habido un paso adelante. Pequeño, pero existente. Y eso solo puede ser positivo: cuánto más competida sea la Liga, mejor. Todo lo que sea que Madrid, Barça, Atlético o el que sea la gane alejado de los 100 puntos será bueno para la competición, pues será un claro indicativo de que las cosas se van igualando.
No obstante, no todo puede ser de color de rosa y, como punto negativo al 2016, está la selección española. El combinado nacional, pese a desplegar un buen fútbol y, consecuentemente, transmitir sensaciones positivas en la fase de grupos, cayó con claridad ante Italia. La selección de Conte demostró cómo, a veces, lo importante no está tanto en el juego, sino en la cabeza y en tener las ideas claras. Como el Atlético del Cholo. Mentalidad ganadora, equipos ganadores.
Tras los fracasos de Brasil y Francia, España encarará el Mundial 2018, de clasificarse, sin estar entre las favoritos, una situación que podría incluso favorecerla. Lopetegui debe darle aire fresco a la selección, recuperar su esencia y, sobre todo, hacer que crea en sí misma.
El fútbol español está de dulce, pero debe seguir trabajando. No debe conformarse con lo conseguido, sino luchar por mejorar en lo que se puede, empezando por hacer de la Liga una mucho más igualada. Cuánta más competencia, más fuerte serán los equipos.