El inicio irregular de temporada ha llevado al PSG a la necesidad de reforzarse en el mes de enero. El cambio Blanc – Emery no está dando los frutos esperados. A ello hay que sumarle el bajo rendimiento de los llegados en verano: jugadores como Krychowiak, Jesé o Ben Arfa no han estado a la altura de las circunstancias.
Como consecuencia de todo ello, por primera vez en muchos años, los capitalinos no disfrutan de la navidad siendo líderes de la Ligue 1. Además, el rival en octavos de la Champions, el Barça, solo ha hecho que acrecentar la tensión. En este contexto, Draxler se ha convertido en la primera incorporación en una operación que beneficia a las 3 bandas. Unos ingresan dinero, otros cubren una necesidad y el jugador, que llevaba tiempo sin encontrar su mejor versión, llega a un vestuario campeón, repleto de estrellas. Esto le quitará presión – al no ser a día de hoy el líder – y, por tanto, le podría ayudar a recuperarse.
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Dicho todo ello, ¿en qué puede serle útil Draxler a Emery? Vayamos por partes. ¿Era prioritario para el PSG? No. Es más, llega para ocupar una de las zonas más pobladas del equipo. Una zona, la del extremo izquierdo, en la que si quiere jugar deberá dar el máximo. Esa presión, que antes comentábamos que iba a perder por no ser el líder, la tendré en cuanto a competencia. ¿Mejora lo que hay? Sí. Cierto es que se ha estancado en las últimas temporadas, pero si es medianamente regular puede compensar el bajo nivel ofrecido hasta ahora por Di María, Ben Arfa, Jesé, etc. Esto beneficia a Cavani.
Draxler es, en su mejor versión, uno de los mejores futbolistas a la hora de marcar diferencias en zonas de ¾. Velocidad, desborde, visión, gol o verticalidad son algunas de las características que le definen. Con él, el PSG busca encontrar un socio para Cavani, un jugador que produzca constantemente en ataque y que permita al uruguayo disparar sus cifras goleadores. A Ibra seguro que le habría gustado tenerle a su lado. Si Emery es capaz de sacarle todo su jugo se asegura una garantía en ataque.