Quizá no sea tan mediático como otros. Probablemente todavía le falte algún título importante a nivel europeo para consagrarse como un entrenador total. Pero de lo que no cabe duda es que Antonio Conte se ha convertido por méritos propios en uno de los mejores técnicos del momento. Después de catorce jornadas, tiene líder al Chelsea, al que ha dotado de un estilo propio y con el que ha encadenado 10 victorias seguidas tras un inicio algo convulso.
Después de lograr dos ascensos a la Serie A dirigiendo a Siena y Bari, le llegó su gran oportunidad al firmar por la Juventus en el año 2011. Al frente de la Vecchia Signora, Conte devolvió los títulos a la ciudad turinesa, consiguiendo tres Scudetti consecutivos. En 2014, el técnico italiano abandonó la Juventus para adentrarse en una nueva aventura dirigiendo a la selección italiana.
Su labor en la Azzurra fue magnífica. Devolvió a Italia su esencia, armó un equipo infranqueable en defensa con una línea de tres centrales y le otorgó la competitividad que le había faltado en los últimos años. En la Eurocopa de Francia solo le pudieron frenar los penaltis frente a Alemania. El baño táctico que le dio a Vicente Del Bosque en octavos fue tremendo, una lección de cómo defender y jugar al contragolpe. No solo eso, Conte anuló por completo a España, presionó cuando fue necesario, tapó las subidas de los laterales y desactivó la sala de máquinas del combinado español, haciendo desaparecer a Iniesta y Busquets.
Añorando el trabajo del día a día que exigen los clubes y que no se produce en las selecciones, decidió abandonar su compromiso con el equipo nacional tras la Eurocopa. Roman Abramovich confió en él para encauzar el rumbo del Chelsea después de la desastrosa campaña pasada. Pese a que ganó sus tres primeros partidos, el equipo solo fue capaz de vencer en uno de los cuatro siguientes y la sonrojante derrota por 3-0 en el Emirates alimentó las dudas sobre su trabajo. A partir de ahí, los blues no han hecho otra cosa que ganar, encadenando diez victorias consecutivas.
La clave, el cambio de sistema. Conte diseñó un 5-2-3, con una línea de tres centrales (Azpilicueta, Cahill y David Luiz) secundados por dos carrileros largos como Marcos Alonso y Victor Moses. Tal fue el efecto de la variación táctica que el Chelsea cerró la portería en los seis encuentros siguientes. El Chelsea es más que un muro defensivo, también tiene pegada y mucho gol. Y culpa de ello la tienen Hazard y Diego Costa. El belga está en uno de los mejores momentos de su carrera: rápido, eléctrico, con desborde y conectando con un Diego Costa que se desenvuelve a la perfección en la forma de jugar que busca Conte.
El italiano también es un técnico peculiar. Pocos vivirán los encuentros con la pasión e intensidad con la que él lo hace. “Los partidos los tengo que jugar yo también”, respondía Conte a un periodista que le preguntaba acerca de su entusiasmo durante los encuentros. Es habitual verle recorrer la banda o espolear a la grada para sentir el calor de la afición. Queda mucha temporada todavía y resulta complicado vaticinar quien será el campeón en esta Premier tan igualada, pero si Antonio Conte y su Chelsea siguen por este camino tendrán muchas posibilidades de levantar el título.