Todo futbolista tiene un club predilecto al que siente como un hogar. Un club en el que se siente en casa, en el que se siente arropado y valorado. Un club que le defiende, cuando está bien y cuando está mal. Una afición que le admira y le alaba, le canta y le grita. Una afición que le hace sentir que forma parte de ellos y que desprende un mensaje claro “confiamos y estamos aquí, y no nos vamos a ir.”
Hay jugadores excepcionales, como Zlatan y Ballotelli, jugadores nómadas, a los que les cuesta encontrar ese club, ya que nunca están una larga etapa de su vida en uno. Pero hoy hablaré de uno que lo ha encontrado, en un rinconcito de Londres, un hogar donde jugadores de la talla de Henry, Bergkamp o Seaman ya han habitado, ya han sentido ese calor familiar que desprende seguridad, confianza y cariño ‘gunner’. Hablo del Arsenal, hablo de Alexis Sánchez.
Creo que Alexis Sánchez ha encontrado en Londres ese ‘club especial’, eso que no encontró ni en Barcelona ni en Italia. Ha encontrado un club y una afición que confía en él todos los días, todos los fines de semanas, en todos los momentos en los que un futbolista necesita ese apoyo, ese cariño, esa seguridad. Y es que desde que llegó al Arsenal, Alexis se adaptó a la perfección, tanto a la liga como al club. Se vistió de rojo, incorporó un cañón en su corazón, y empezó a hacer lo que más le gusta, de la forma más segura de la que lo había hecho nunca. Alexis se lo había ganado a base de sudor, esfuerzo y mucha actitud, la afición roja de Londres iba a acoger al niño maravilla con el calor que se merecía.
Solo necesita pisar el verde césped del Emirates para darse cuenta de que tiene a 60.000 ‘gunners’ a sus espaldas, recordándole que están con él, que está en casa, y eso es lo mejor con lo que puede contar un futbolista, porque el cariño de una afición, es impagable. Pero, cuando no juega en casa, entra en escena el factor mágico, Alexis lucha cada balón como si estuviera en casa. ¿El motivo? El cañón que lleva en el corazón se pone en marcha, siente el color rojo como nunca lo ha hecho, y lo demás ya lo saben, el niño comienza a hacer maravillas.
Esta jornada, el ejército ‘gunner’ jugaba en el campo del West Ham United, el precioso estadio de las entrañables pompas de jabón. El Arsenal necesitaba una victoria para colocarse segundo, y seguir en la lucha por la preciada Premier League. Comenzaba el partido, el cañón se ponía en marcha en el cuerpo del chileno, subían las revoluciones, empezaba el espectáculo.
La velocidad y el desequilibrio de Alexis fueron decisivos durante todo el partido. Pases de calidad, generación de equilibrio y asistencias que rompían líneas defensivas, Sánchez estaba realizando un partido muy completo. En el minuto 24, combinó perfectamente con otro compañero de hogar, otro de los pocos elegidos, otro de los que tienen la suerte de sentir el calor ‘gunner’, combinó con Mesut Özil para anotar el primer gol, el chileno le había regalado una asistencia que rompía el partido. Ya en la segunda mitad, Alexis Sánchez, con la pólvora de su cañón cargada, consiguió anotar un hat-trick en 14 minutos, tres goles que sentenciaban totalmente el partido. El niño maravilla logró su objetivo de cada fin de semana: devolver en forma de arte, con un balón, todo el cariño ‘gunner’ recibido en los tres años que lleva en Londres.
No sabemos si logrará entrar en ese libro de leyendas que han pasado por el Arsenal, esas que habitaron en el mismo hogar que él. No sabemos tampoco si su estancia allí será igual de larga que la de esas leyendas, que se dejaron la piel y algo más en intentar dejar al Arsenal en lo más alto, que se ganaron una habitación fija en la casa gunner, no sabemos si entrará en ese selecto club. Pero algo si que sabemos, Alexis Sánchez sabe lo que es llevar ese cañón ‘gunner’ en el corazón, sabe lo que es sentir el calor rojo londinense que le arropa. Y, en definitiva, sabe lo que es sentirse querido por ese ‘club especial’. Alexis is a gunner.