Con su rebelión contra el muro de Mercedes, Lewis Hamilton ha generado una profunda crisis de confianza dentro del equipo campeón del mundo de Fórmula 1. El jefe de la escudería alemana, Toto Wolff, no descartó que la actitud del británico, que ignoró las instrucciones desde el box y atendió únicamente a sus intereses en la fase final de la carrera en Abu Dhabi, tenga consecuencias. «La anarquía no funciona en ningún equipo y en ninguna empresa», advirtió el austriaco.
De inmediato, medios sensacionalistas británicos como el ‘Daily Mail’ llevaron el argumento al extremo: «Hamilton, amenazado con el despido». El destronado campeón mundial intentó en la fase final del Gran Premio del domingo agotar todas las opciones para defender el título frente a Nico Rosberg. Para eso, el inglés de 31 años frenó su ritmo para que su compañero de equipo, que marchaba cómodamente en segunda posición, fuera alcanzado por Sebastian Vettel y Max Verstappen. Hamilton necesitaba que Rosberg cayera al menos al cuarto lugar para ser campeón.
«Vimos en peligro la victoria en la carrera. Desde hace tres años supeditamos todo a la victoria en la carrera», explicó el enfadado Wolff, que vio cómo Vettel se acercó mucho en las últimas vueltas. «Se puede entender la postura del equipo, pero también se puede entender la postura de Hamilton porque se trataba del campeonato», añadió. El británico ignoró primero una instrucción de acelerar de su ingeniero de carrera, Peter Bonnington. Luego tampoco siguió la orden del director técnico, Paddy Lowe.
Wolff describió aquella intervención desde el muro como «el punto más alto en la escala» que existe en estos casos en la Fórmula 1. «Estoy perdiendo el Mundial, me da igual si gano o pierdo la carrera», dijo un frustrado Hamilton por la radio. «Tenemos que hablar con Lewis, tenemos que saber lo que pasa», recomendó el ex piloto Niki Lauda, jefe del consejo de vigilancia del equipo. El propio Wolff procuró mantener la prudencia y mostró también comprensión por su pupilo. «Quizá no se puede pedir a uno de los mejores pilotos, si no el mejor, que en una situación así siga unas instrucciones de las que le aparta su instinto».
«Mercedes piensa en medidas disciplinarias que podrían suponer una multa económica o incluso una suspensión», escribió ‘The Guardian’. El incidente de Abu Dhabi no es nuevo. En Hungría en 2014, el británico bloqueó el paso a su rival pese a las instrucciones de dejarse adelantar por Rosberg, que había elegido una mejor estrategia. «No he hecho nada peligroso y por tanto nada sucio», se defendió Hamilton en el emirato árabe. «Hemos peleado por el título mundial, yo iba líder y he marcado el ritmo. Así son las reglas». Sin embargo, Mercedes quiere definir un código de conducta. «Quizá les concedamos aún más libertad, o quizá nos decidamos por la línea dura porque no se respetan los valores», advirtió Wolff, que hasta ahora siempre dejó a sus pilotos competir entre ellos. «Todavía no sé hacia donde oscilará el péndulo».