El día 21 de noviembre se puso el cierre a la relación entre Jürgen Klinsmann y la selección estadounidense de fútbol. Se quedó a pocos partidos de ser centenario y lo pudo cumplir de haber concluido el Hexagonal de la CONCACAF, pero no pudo ser. Sunil Gulati, presidente de la federación, anunció el cese de un entrenador que, durante cinco años y cuatro meses, fue el encargado de dirigir al combinado norteamericano.
Fue en 2011, tras haber caído en la final de la Copa de Oro frente a México por un contundente 2-4, dejándose remontar los de Bob Bradley un 2-0 a la media hora de partido. Un mes después de esa dolorosa derrota, se anunció que Jürgen Klinsmann se hacía cargo de la selección. Y es que no era nada raro pensar eso. El delantero alemán dejó el combinado alemán tras el Mundial de 2006 y fue tentado por la propia federación estadounidense, el Chelsea de Roman Abramovich, Liverpool, Tottenham (club en el que había estado como jugador), LA Galaxy e, incluso, la selección inglesa. No salió adelante ninguna de esas opciones, en un principio. En 2008, se hizo cargo del Bayern, pero las cosas no fueron nada bien, ya que no finalizó la temporada.
Tras esa mala experiencia como entrenador en la Bundesliga, Klinsmann aprovechó la creación de su empresa de desarrollo de marketing para desplazarse a Estados Unidos y para asesorar a clubes como el Toronto FC en su nueva vida como equipo de la MLS. La estancia en el país norteamericano y aprovechando que su familia se había establecido allí –su hijo ha jugado en las categorías inferiores de Estados Unidos-, en 2011 se le volvió a plantear la posibilidad de coger el timón de la selección y en esta ocasión no desaprovechó la oferta.
Debutó en agosto de ese mismo año y en su primera convocatoria contó con tres viejos conocidos: Landon Donovan -discípulo suyo en el Bayern-, Jermain Jones -nacido en Frankfurt y exjugador de Eintracht y Schalke- y Steven Cherundolo -que desarrolló toda su carrera profesional en el Hannover 96 durante 15 años-.
Al empate con México en el debut (1-1), le siguieron dos derrotas por la mínima ante Costa Rica y Bélgica. Hubo que esperar hasta octubre para ver la primera victoria de Jürgen Klinsmann como seleccionador estadounidense. Fue ante Honduras (1-0). En ese partido comenzaba a asomar la cabeza uno de los alemanes con los que contó en los últimos tiempos, Timothy Chandler, nacido en Frankfurt, como Jones. El partido se jugó en Miami.
Hasta que se iniciara la fase de clasificación para el Mundial de Brasil en 2014, los partidos eran amistosos. Perdió con Francia, pero ganó a selecciones como Italia (el conjunto de Prandelli que meses después se convertiría en subcampeón de Europa), Eslovenia o Escocia. Finalizó como campeón del hexagonal de clasificación para 2014 y antes, había ganado en 2013 la Copa de Oro, imponiéndose en la final a Panamá por 1-0.
Las cosas iban según lo previsto. El sorteo del Mundial sudamericano deparó un enfrentamiento en la fase de grupos entre Estados Unidos y Alemania. A Jones y Chandler se les unió gente como Brooks, Green o Fabian Johnson, futbolistas que jugaban en Bundesliga y contaban con la doble nacionalidad germano-estadounidense. Klinsmann le había dado al combinado nacional una imagen global.
Su estreno en Brasil fue esperanzador. Vencieron a Ghana por 1-2, con un gol de John Anthony Brooks en los minutos finales. Jermain Jones también marcó en el segundo partido, en el que empató frente a Portugal (2-2). Llegaba el duelo ante ‘Die Mannschaft’, con ambos países jugándose el liderato del grupo y Joachim Löw, que fuera segundo de Klinsmann años atrás y luego su sustituto, le ganó la partida. ¿Quién marcó el único gol de aquel partido? No pudo ser otro. Thomas Müller, que había aparecido en el primer equipo del Bayern gracias a Jürgen Klinsmann. Victoria y primer puesto del grupo a Alemania, aunque Estados Unidos estaba igualmente en octavos.
El siguiente rival sería la Bélgica de Marc Wilmots, otro viejo conocido de la Bundesliga. Uno de los verdugos, Kevin De Bruyne, exjugador del Werder Bremen, cedido por el Chelsea, que acabaría en el Wolfsburg tras el Mundial. La aventura de Klinsmann en Brasil había terminado con un decimoquinto puesto, el año en el que «su Alemania» volvía a subir al trono de campeón. Finalizado el campeonato del mundo llegaría la decadencia de USA de la mano de Jürgen. En 2015, no pudieron pasar del cuarto puesto en la Copa de Oro, cayendo en semifinales ante Jamaica (1-2).
En 2016, tocaba la Copa América Centenario, un torneo extraordinario que tendría a Estados Unidos como sede. Klinsmann tendría la oportunidad de sumar a su palmarés un gran torneo con la selección y hacerlo además jugando en casa. En su lista se sumó gente como Pulisic, jugador del Borussia Dortmund o Bobby Wood, actualmente en el HSV y jugador de la 2.Bundesliga en aquel momento.
A pesar de que el inicio no fue bueno, ya que perdieron por 0-2 ante la Colombia de James Rodríguez, Carlos Bacca y Juan Cuadrado, finalizó el grupo como líder, con victorias ante Costa Rica (4-0) y Paraguay (1-0). Eliminó a Ecuador en cuartos (2-1), a pesar de jugar con un hombre menos durante algo más de media hora. Tocaba la Argentina de Leo Messi en semifinales y Estados Unidos no tuvo opción. Los pupilos de Martino vencieron por goleada, con goles de Lavezzi, Messi e Higuaín (2), dando el rosarino dos asistencias además del gol anotado. Estados Unidos se iba de «su torneo» a un paso de la final. Al igual que le pasara con Alemania, el maleficio de jugar «su torneo» y no llegar a la final volvía a repetirse.
Un palo para la federación de Estados Unidos, que dejaba a Jürgen Klinsmann en el alambre. Pero había que seguir. La selección superó la primera fase de la clasificación para Rusia 2018 con cierta facilidad. Sin embargo, el Hexagonal no pudo empezar peor. En noviembre comenzaba la última fase en la CONCACAF y Estados Unidos debía iniciar la competición ante las dos selecciones más fuertes, México y Costa Rica. Estados Unidos perdió los dos partidos (el de Costa Rica con un contundente 4-0) y eso ya ha sido el detonante para que Gulati tomase la decisión de destituir al técnico alemán. El balance: 55 victorias, 27 empates y 16 derrotas. Ahora, el creador de Soccer Solutions deberá buscar otras ofertas si quiere continuar en los banquillos, porque Jürgen Klinsmann está en el mercado.
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
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