Cada noche podemos ver un partido de la mejor liga del mundo. Pero no es lo mismo verlos por televisión que presenciarlos en directo. Si estuviésemos allí posiblemente bailaríamos como la aficionada de los Golden State Warriors, que se ha hecho viral, o simplemente observaríamos la cantidad de shows que montan los americanos en el centro del campo justo en los tiempos muertos, los que obligan al espectador a esperar a que se reanude el juego. Sin embargo, no estamos allí, por lo que no nos quedará más remedio que verlos desde el sofá.
Tiempos que se hacen eternos porque son casi dos minutos de espera para el espectador y de hablar para el locutor -rellenar 120 segundos en televisión hablando es como escribir un testamento en word-. Tiempos muertos en los que cambias de canal porque piensas: «Bah, ahora se ponen a hablar, cambio de canal», (¡ERROR! Si hacéis eso no sabéis la de temas interesantes que os perdéis). Tiempos en los que la madrugada te puede y sin darte cuenta te echas una cabezadita y despiertas al día siguiente sin haber visto el partido de tu equipo.
Por todo ello, hay compañeros de profesión como Guillermo Giménez y Antoni Daimiel que tratan de amenizar cada pausa larga en la NBA que nos dejarían «sobaos«, como diría el propio Guillermo. Entre los dos refrescan y dan un toque de chispa a las casi tres horas y media de retransmisión. Y de esa chispa salen cosas como estas, las nuevas acepciones de una palabra tan simple como es «hola»:
https://youtu.be/KzklGP6lfHM
Y es que el tiempo ese da para hablar de baloncesto, de jugadores, pero también de muchos otros temas:
https://youtu.be/MKC5-XN–c4