A lo largo de la historia han sido varios los jugadores que han participado con Die Mannschaft pero no han nacido en Alemania, a pesar de estar vinculados con el país germano desde muy pequeños, como por ejemplo Piotr Trochowski o Gerald Asamoah. Otros, como Lukas Podolski o Kevin Kurányi, nacieron fuera de las fronteras germanas, pero por sus venas corre sangre germana (los abuelos de Lukas eran alemanes y el padre del brasileño alemán de origen húngaro). Sobre el actual delantero del Galatasaray va nuestro nuevo capítulo de «Tú Eliges».
En la 1ª mitad de los años 60, el 1.FC Köln era uno de los clubes más oimprtantes del país. Die Greissböcke se adjudicaron el título del Campeonato Alemán en 1962, habiendo sido subcampeones en 1960 y 1963 respectivamente. En la 1ª temporada de la 1.Bundesliga, el club de la ciudad de Colonia se impuso a MSV Duisburgo y Eintracht Frankfurt, convirtiéndose en el primer campeón del nuevo formato, siendo superados por el Werder Bremen al año siguiente. Después de aquellos magníficos años 60, a los de la 4ª ciudad más grande del país germano no se le volvió a ver en los más alto del cajón hasta la temporada 1977-78 (año en el que el club conquistó su último campeonato liguero). Había sido 2º y 3º en varias ocasiones en las diferentes épocas, pero títulos en Alemania, en lo que a ligas se refiere, solo lleva tres.
Iniciado el Siglo XXI, el FC Köln se vio en la 2003-04 luchando por la permanencia en la máxima categoría. Había iniciado la temporada en el banquillo Friedhelm Funkel, pero sus resultados fueron muy pobres. Una victoria en casa ante el Dortmund, otra ante el SC Freiburg y un empate en Stuttgart. Todo lo demás, derrotas. Tras ser destituido Funkel, Jos Luhukay dirigió al equipo en casa frente al Hannover 96, con derrota para los locales (la 8ª en 11 partidos). Llegó Marcel Koller y, tras caer en su debut, decidió llamar para entrenar con el primer equipo a un chaval de 18 años que se había criado en la cantera y que contaba con la doble nacionalidad germano-polaca.
Fue tan grande la impresión que causó Lukas Podolski en su entrenador, Koller, que le puso de titular en la primera ocasión que pudo. Jugó 80 minutos contra el HSV y ya se quedó con la primera plantilla. Aportó unos 10 goles en 19 partidos, que no sirvieron para evitar el descenso a 2.Bundesliga, pero sí para que el nombre de Podolski comenzara a sonar para otros equipos interesados en ficharle. Con el descenso, Lukas, fiel al club que le había dado la gran oportunidad de debutar a gran nivel, decidió quedarse para luchar por el regreso del FC Köln a la Primera División. Y vaya si lo consiguió. Ganaron la competición, justo por delante de los dos clubes a los que el club de Colonia le había ganado la 1.Bundesliga 1963-64: Duisburg y Eintracht Frankfurt. Por su parte, Lukas Podolski firmó su mejor año, habiendo marcado 24 tantos que le convirtieron en el Máximo Goleador de la categoría.
El club volvía a la élite y, en su plantilla, contaba con un emblema como el joven Lukas Podolski, aquel chaval que, con 10 años, entró a formar parte de las categorías inferiores. Todo sobre ruedas. El caché del jugador iba creciendo y el club retornaba a la categoría que merecía. El problema fue que no pudo volver a evitar un nuevo descenso del equipo, a pesar de que ya era titular y la cifra de sus goles había bajado (con respecto a su grandísimo año en 2.Bundesliga). Ahí se despidió por primera vez Podolski del FC Köln. El club no podía mantener a un futbolista de ese nivel otro año más en 2ª y lo vendió al Bayern München por unos 10 millones de euros. En el Bayern de Claudio Pizarro y Roy Makaay, compitiendo además con Roque Santa Cruz por un puesto, Podolski tuvo un papel secundario en el equipo.
En la siguiente temporada, en la que el club bávaro ganaría la Bundesliga, no estaban Pizarro y Makaay, pero los de Ottmar Hitzfeld habían contratado a Luca Toni y Miroslav Klose, relegando a Podolski a ser el 3º delantero del equipo, con un joven Sandro Wagner como única competencia, pero sin problema alguno. El jugador nacido en Gliwice empezaba a convertirse en el segundón de lujo del Bayern, un futbolista que hubiera sido titular indiscutible, posiblemente, en cualquier otro equipo.
El retorno a Colonia no llegó hasta septiembre de 2008. Era suplente de inicio con los bávaros, entrenados por Jürgen Klinsmann. Sin haberse cumplido la hora de partido, entra al campo sustituyendo a Miroslav Klose, cuando el encuentro todavía iba 0-1 para los bávaros. Luca Toni se convirtió en el protagonista de aquel encuentro, ya que marcó 2 goles y asistió en el último que, por azares del destino, fue obra de Lukas, en el tiempo de descuento. El Bayern acabó la liga en 2º lugar y el FC Köln a 9 puntos de la zona de peligro. Había que salir de ahí. El de Gliwice necesitaba sentirse importante y no «uno más». Decidió retornar al club que le vio nacer para estar allí 3 temporadas y, por desgracia, acabar descendiendo (siendo Podolski el 5º máximo goleador de la competición aquel año, con 18 goles).
Las cosas no estaban saliendo bien y, tampoco en esta ocasión, se quedaría. Los años habían pasado y el prestigio de Poldi, a pesar de ser un secundario de lujo, lo habían alejado de Colonia. Se marchó a Inglaterra, al Arsenal de Wenger, a donde llegó para ser titular e intentar triunfar fuera de Alemania. Pero era el Arsenal, aquel equipo que años atrás, justo la temporada en la que Lukas Podolski debutó con el FC Köln, había sido bautizado como «Los Invencibles», al no perder ningún partido en toda la competición liguera. Sin embargo, todo buen apodo lleva luego su maldición. Los años tras el título liguero convirtieron a los gunners en objetivo de burlas y bromas, ya que era difícil verles en una posición que no fuera la de 3º o 4º de la Premier League.
En la 2014-15, en el mercado invernal, el Arsenal tomó la decisión de cederle al Inter de Milán. Tras haber vuelto a sentirse importante el Arsenal le había devuelto la condición de secundario, teniendo cada vez menos ocasiones para demostrar su juego, lo que le valió la cesión a la Serie A. Por desgracia para el jugador, Milán no iba a ser la ciudad de su resurrección. Su presencia en el equipo fue testimonial, su aportación, mínima. No pudo demostrar que merecía un hueco en el Arsenal, por lo que los gunners lo traspasaron cuando se cumplió su cesión al fútbol italiano.
Actualmente, Lukas cumple su 2ª temporada en Turquía, en el Galatasaray, donde ganaron la Copa al Fenerbahçe de Robin Van Persie y donde han conquistado la Supercopa dos años seguidos. En Turquía, el jugador ha vuelto a sentirse importante, pero ya en una liga menor y pasada la treintena. Se podría decir que, quitando en sus años en el FC Köln, Lukas Podolski nunca llegó a ser la estrella que todo futbolista pretende llegar a ser. Siempre fue oscurecido por otros.
No obstante, aunque pareciera que la carrera de Podolski a nivel de clubes no ha sido tan boyante, en la selección fue todo lo contrario. Este año anunció su retirada del combinado nacional tras 12 años. Sí, porque debutó con la absoluta alemana siendo jugador de 2.Bundesliga, en 2004. Por aquel entonces, la prensa deportiva polaca le dejaba caer al seleccionador de aquel país, Pawel Janas, la posibilidad de convocar a un joven delantero nacido en Polonia, pero el propio seleccionador le cerró las puertas diciendo que tenían jugadores mejores y que un par de partidos buenos en la Bundesliga no eran motivo suficiente para llamarle. Cerrada la puerta de Polonia, pero Rudi Völler lo llamó para que jugara con Alemania y, así, hasta hoy. El de Gliwice disputó 129 partidos con Die Mannschaft y marcó 48 goles. Consiguió con Alemania un Mundial y un subcampeonato de Europa, además de varios 3º puestos. Fue elegido Mejor Jugador Joven del Mundial de 2006 y estuvo en el XI Ideal de la Eurocopa de 2008, siendo profeta en su país de nacimiento y en el de sus abuelos.
Así fue la carrera de Lukas Podolski, un niño polaco con sangre alemana que fue una estrella en Colonia y la selección alemana, pero un secundario el resto de su carrera. Muchos no entendían sus últimas convocatorias con Alemania y lo consideraban como un capricho de Joachim Löw, puesto que, en muchas ocasiones, había otros jugadores que posiblemente merecían ir más que él. Lo cierto es que Podolski era fijo para Völler, Klinsmann y Löw, los tres últimos seleccionadores alemanes. Algo habrán visto.
Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.
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