Enrique JULIÁN GÓMEZ – Ayer en Belfast dio el primer aviso. Con una facilidad pasmosa se impuso a todos sus rivales en la primera volata del Giro d’Italia. Hoy no lo tuvo tan fácil, pero realizó un primoroso sprint, de los más espectaculares vistos en los últimos años en una gran cita, para volver a alzarse con la victoria. Marcel Kittel es el dueño de la velocidad en la Corsa Rosa.
El día siguió la tónica habitual de estas jornadas. Fuga conformada en los kilómetros iniciales, sin mucha lucha, que rueda por delante durante todo la etapa consciente de que sus opciones son nulas ante el pelotón. Hoy los protagonistas fueron el jovencísimo venezolano Yonder Godoy, el belga Gert Dockx, el campeón nacional colombiano Miguel Ángel Rubiano, el italiano Giorgio Cecchinel vestido en la llamativa equipación del Neri Sottoli, y el neerlandés Maarten Tjallingii, que repitió escapada con su maglia azzurra de mejor escalador.
La lluvia volvió a acompañar a los ciclistas en la despedida del Giro de Irlanda camino de Dublín, y ciclistas como Wilco Kelderman, Michele Scarponi, Valerio Agnoli, Enrico Gasparotto o el líder Michael Matthews sufrieron caídas sin graves consecuencias. De este modo, Daniel Martin y su compañero Koldo Fernández son los únicos damnificados del lluvioso periplo irlandés del Giro.
Una vez neutralizada la fuga, una preciosa lucha de trenos en el excesivamente curveado final en la capital irlandesa marcó la aproximación al sprint. Cannondale fue el relativo triunfador de esta suerte, dejando en gran posición a Viviani, por delante de los Sky de Swift, los FDJ de Bouhanni y sobre todo de los Giant de Marcel Kittel, horriblemente colocado en el final, lejos de la cabeza.
El inglés Ben Swift, que ha encontrado el golpe de pedal este año, tenía la victoria en la mano cuando vio a su derecha un cohete que le superaba justo sobre la línea de meta. Y no era otro que Marcel Kittel. El alemán superó en apenas doscientos metros a numerosos ciclistas hasta alcanzar a Swift, mediante un sprint formidable, lejos de todo academicismo, a base de fuerza bruta, potencia y una velocidad impactante. Nadie puede hacer nada ante eso.
Mañana, primera jornada de descanso en el Giro. Llega demasiado pronto, solo tras el tercer día, algo inaudito en ninguna gran vuelta por etapas hasta ahora. La necesidad de trasladar toda la logística de la carrera, además de los ciclistas, por supuesto, hasta el sur de Italia es la causa. Así, el martes se disputará la primera etapa en suelo italiano, con un recorrido de poco más de cien kilómetros con un circuito completamente llano en la ciudad de Bari, más propio de un critérium que de una de las mejores carreras ciclistas del mundo.
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