Joel SIERRA – Demasiado tiempo. Nada menos que desde hace cuatro meses y 17 jornadas llevaba el Sassuolo en puestos de descenso. Por aquel entonces, en enero, el club neroverde vencía a todo un Milan por 4-3, con póquer de goles de Domenico Berardi y lograba sacar la cabeza fuera del pozo. El martes pasado volvió a ocurrir. El conjunto de Di Francesco salió del descenso por primera vez desde aquel partido épico, con una nueva exhibición goleadora de Berardi y con el mismo resultado ante otro equipo poderoso como es la Fiorentina. La casuística futbolera parece cerrar un ciclo de sombras. Sassuolo ve la luz.
El equipo depende ahora de sí mismo para lograr salvar la categoría y quedarse por segundo año consecutivo dando guerra en Serie A. Una victoria el próximo domingo en Reggio Emilia contra el Genoa y un empate o una derrota del Bologna contra el Catania, le darían matemáticamente los puntos necesarios para atar la ansiada permanencia después de una campaña de sufrimiento constante.
Como sufrido fue el final del encuentro en el Artemio Franchi. Tras los incontables suspiros, llegó el éxtasis y la alegría desbordante. Nadie evita perder la categoría sin sufrir cuando lleva ahí inmerso tanto tiempo. Así también se aprende a ganar, también se alcanzan los éxitos. Y quedarse en Serie A puede ser el primer gran triunfo del Sassuolo en esta su primera presencia en la máxima categoría del Calcio.
Desde la vuelta de Eusebio Di Francesco para tapar el lunar de su sustituto Malesani cuando el equipo era el farolillo rojo de la liga y parecía hundirse sin remedio, el Sassuolo ha ido subiendo escalones merced a su propuesta valiente, tal y como se vio en Florencia. Allí, el club neroverde ejerció un absoluto dominio en cuanto a ocasiones se refiere, en un primer tiempo espectacular, de una exhibición ofensiva sobresaliente comandada por el trío Sansone-Zaza-Berardi.
El propio Berardi fue capaz de marcar un hat-trick con cuatro toques de pelota y de convertirse en el primer jugador en toda la historia que logra hacer tres tantos en un primer tiempo a la Fiorentina en su casa. El joven delantero lleva ya 16 goles y es el tercer italiano en la lista del capocannoniere. Prandelli le tiene el ojo echado y aunque a sus 19 años, su presencia en Brasil pueda ser considerada temprana por parte del seleccionador, Berardi lo está mereciendo, al menos numéricamente. Con Zaza y Sansone conforma un tridente envidiable y de enorme pegada que, con su agresividad en ataque, ha sido el principal argumento para que el Sassuolo esté a punto de sellar la salvación.
El 0-7 que le endosó el Inter en la cuarta jornada parecía indicar que el Sassuolo iba a ser una mera comparsa en el campeonato. Nada más lejos de la realidad. El suyo puede ser el triunfo de la perseverancia. Los de Di Francesco llevan 14 puntos en las últimas 10 jornadas -antes habían sumado 17 en 26- y tres victorias consecutivas lejos del Mapei Stadium. El regreso del técnico ha sido la idea más acertada que han podido tener los responsables de la sociedad como así lo demuestran los resultados.
Muchos comparan al Sassuolo con un Villarreal a la italiana. El proyecto de Squinzi está cerca de consolidarse con una segunda temporada en la élite. Si los neroverdi quieren mirarse en el espejo del submarino amarillo y seguir creciendo, deben mantener el sello de buen juego. Di Francesco ha demostrado ser estandarte de un fútbol vistoso y atrevido. Un hecho digno de alabanza para un equipo que se ha pasado casi toda la temporada hundido en las últimas posiciones de la tabla. Una perspectiva, la del buen fútbol, fácil de perder en Italia, especialmente cuando las cosas vienen mal dadas. De ahí su mayor mérito. De ahí que quizá merezcan más que ningún otro quedarse en Serie A. Hoy, tanto tiempo después, están a apenas un paso de certificarlo.
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