El Stoke City de Mark Hughes es un equipo con jugadores de mucha calidad como Shaqiri o Imbula y no empezó la temporada como se esperaba. La pasada campaña disputó semifinales de Copa de la Liga y dio más de un susto a los grandes, pero este arranque de temporada lo hizo en puestos de descenso tras varias jornadas mostrando un juego nefasto.
Hasta que un centrocampista galés de larga melena, poco mediático e inquietante parecido con Pirlo dijo aquí estoy yo; hablamos, obviamente, de Joe Allen. Ha crecido en la disciplina del Swansea desde que era un niño. Allí vivió sus, hasta ahora, mejores momentos como futbolista consiguiendo dos ascensos; de League One (3ª) a Championship (2ª) y de ahí a la Premier League. En su primer año en la máxima categoría fue un pilar fundamental del gran año que le valió a Brendan Rodgers su fichaje por el Liverpool y se llevó al ‘Pirlo Galés’ para rescatar al conjunto Red de la mediocridad en la que se veía sumido.
Sin embargo en Anfield nunca tuvo la continuidad necesaria para destacar y sus actuaciones se vieron reducidas a partidos intrascendentes o minutos de refresco donde un mediocampista de sus características no puede impactar en el encuentro. A pesar de ello, nunca se quejó públicamente, puso una mala cara y no se le recuerda un partido desastroso. Jürgen Klopp, sabiendo que iban a traspasar al jugador, asumió que ha vivido una situación injusta y que merecía más minutos de los disputados. Sensación que también quedó durante la etapa previa de Rodgers, pero con Steven Gerrard una posición ya estaba cubierta siempre.
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Chris Coleman sí que apostó por Allen siempre para la Selección de Gales. Lógico, pues el abanico de posibilidades de ‘Los Dragones’ para escoger es muy reducido, pero Joe sorprendió al gran público por su labor en la EURO de Francia y su actuación convenció a Hughes para ficharlo. El Liverpool no pudo rechazar 15 millones por un jugador con un rol secundario.
Pero lo único que Joe necesitaba era continuidad. Minutos de juego para demostrar todo el fútbol que tiene en sus botas, que es mucho. En su mejor temporada en el Swansea, 2011/12, marcó 4 goles y en tan solo 12 partidos con el Stoke ya ha marcado 4 tantos y repartido 2 asistencias. Además de mejorar una función que no es la suya; se ha convertido en el mediocentro que da sentido al juego del Stoke, ha dado un paso al frente en el momento que su equipo más lo necesitaba, ayuda en labores defensivas, inicia las jugadas desde atrás, no pierde balones en zonas de riesgo -lo que le condenó en Liverpool- y se incorpora al área con mayor asiduidad.
El jugador que todos subestimaban les ha cerrado la boca y se ha convertido en uno de los mejores centrocampistas de la Premier, a su estilo; sin hacer ruido. No hace el Dab, no se disfraza, no se tiñe el pelo y no baila en Instagram pero hace de la sencillez su forma de vida, tanto dentro como fuera del terreno de juego. El ‘Pirlo Galés’ va sobrado de carisma y por fin ha demostrado que hace lo propio con la calidad y el buen fútbol. El sabio Johan Cruyff, que en paz descanse, dijo alguna vez que el fútbol es un deporte de errores; traten de encontrar un partido en el que Joe Allen tome dos decisiones erróneas.