REDACCIÓN.– “El fútbol se escribe de cosas buenas y de errores”, afirmaba Manuel Pellegrini tras perder 3-2 en Anfield. Aquella derrota llamaba a una lógica en tonos rojos, que presentaban entonces a un Liverpool candidato máximo a alzarse con el título de Premier League.
Era el partido esperado, el duelo entre los dos claros favoritos al torneo, y la balanza se decantó para los del Mersey. Todo indicaba que había supuesto un golpe importante sobre la mesa, pero semanas después, las palabras de Pellegrini adquieren valor.
La victoria del Chelsea en Anfield hace unos días por 0-2, con un supuesto equipo de suplentes, hizo que de forma automática las opciones ligueras del Manchester City adquirieran brillo, volviesen a despertar. Sin duda, un duro golpe para los Reds, que sufrían una derrota importante. Con un partido menos por disputar, los Citizens se convertían en candidatos claros a levantar el trofeo. Y su aura de autoridad sigue vigente, todavía más rotundo.
Goodison Park cerraba la jornada de sábado con un partido emocionante, vibrante. Caprichos del destino hacían que una victoria del Everton frente al Manchester City diese prácticamente opciones directas al Liverpool, eterno rival de la ciudad, para acabar campeón. Pero no. La ciudad del Mersey, en su totalidad, acabó decepcionada, y el encuentro supuso fiascos en las aspiraciones de los dos clubes de la ciudad de The Beatles.
El golazo de Barkley instauraba locura y felicidad a partes iguales. Con ese 1-0, el Everton mantenía opciones de seguir aspirando, de forma matemática, a puestos de Liga de Campeones, mientras que al mismo tiempo, con la derrota momentánea del Manchester City, el Liverpool dependía de sí mismo.
Pero la tarde acabaría en tristeza, que no tragedia. Ningún motivo para sonreir, no, en ninguno de los barrios ligados al sentimiento de la ciudad. El Manchester City remontaría con un buen partido de Dzeko (quien acabaría jugando lesionado por no disponer de más cambios) y lograría un trabajado triunfo por 2-3.
Lo tienen en su mano. El Liverpool no depende de sí mismo, sino que deberán esperar que tropiece el Manchester City sus partidos restantes, mientras que el Everton, de forma matemática deberá conformarse (como si fuera poco) con su puesto de Europa League, en favor de un Arsenal que una temporada más viajará por la máxima competición continental.
Algo más que tres puntos. La visita a Goodison Park era la visita más exigente para los del Etihad Stadium. El nivel mostrado por los de Roberto Martínez a lo largo y ancho de la campaña demostraba que no estarían cómodos, que deberían hacer frente a un rival siempre trabajador. Pero no. Pese al susto inicial, acabaron consiguiendo una victoria que, para muchos, tiene sabor de campeonato.
El próximo fin de semana la Premier League 2013/14 echará el cierre, bajará la persiana. Sin embargo, el conjunto de Pellegrini tiene un partido pendiente, aplazado, a parte del que el calendario le impuso para la última jornada. Es decir, dos partidos que, en caso de ganar, les dará el privilegio y dorado placer de coronarse campeones, con el factor de jugar en casa ambas citas, otorgándoles más peso todavía a su favor.
La visita del Manchester City será recordada durante los próximos días en la ciudad bañada por el mar de Irlanda. Unos se quedan sin Liga de Campeones, mientras que otros no dependerán de ellos mismos para coronarse Campeones, cayendo en la orilla, quien sabe.
Si la lógica no tiene caprichos, si las expectativas se cumplen, en los próximos 7 días el Manchester City ganaría en casa a Aston Villa y West Ham, equipos a priori inferiores. Por lo tanto, en Goodison Park, los Citizens ganaron algo más que tres puntos. Dieron un golpe a la liga, y privaron a dos equipos de aspirar a sus respectivos objetivos.
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