White Hart Lane reúne este fin de semana a los dos equipos que pelearon por la Premier League la temporada pasada: Tottenham y Leicester. Dos equipos basados en el trabajo colectivo que, pese a estar inmersos en contextos diferentes, lucharán por demostrar ser el mejor. El fútbol de toque vs el fútbol de contragolpe.
El Tottenham continúa luchando por el título. Pochettino cuenta con una plantilla joven, hambrienta y competitiva que ejecuta un fútbol que atrae el espectador. El Leicester de Ranieri, por su parte, tiene como objetivo salvarse en la Premier – está en la zona cómoda de la clasificación – y llegar lo más lejos posible en Europa, competición – la Champions – en la que está invicto. El actual campeón de la Premier, como bien es sabido, vive más cómodo sin balón que con él.
En este contexto, el duelo está servido y cualquier detalle puede marcar las diferencias. Es aquí, en el fútbol de lo imprevisible, donde entran en acción los dos grandes protagonistas de este cara a cara: Dele Alli y Riyad Marhez o, lo que es lo mismo, el joven más brillante y el MVP respectivamente de la pasada Premier League. Dos líderes que apenas le costaron 6,4 y 0,75 millones a sus respectivos clubes, una cifra irrisoria si partimos de la base de que el mercado está más inflado que nunca.
La explosión de ambos llegó pareja en el tiempo, pero con una diferencia a resaltar. Alli se hizo grande en un equipo que, por lo bajo, aspiraba a copar puestos de Champions a inicio de temporada; un equipo, en otras palabras, en la que la palabra ‘presión’ existía. Mahrez no. El Leicester tenía como objetivo salvarse y, una vez logrado, la plantilla se dedicó a vivir el sueño. Y en general es más fácil rendir sin presión que con ella. Dicho ello, evidentemente, quitarle méritos al futbolista francés de origen algeriano es un sinsentido.
Tanto Alli como Mahrez son dos jugadores a los que les gusta el espectáculo. Aquello que es imprevisible. Con ellos en el equipo, la afición sabe que cualquier cosa puede pasar en cualquier momento. Son el eje del ataque de sus respectivos equipos, los jugadores encargados de marcar las diferencias: juegan y hacen jugar, poseen cambios de ritmo significativos, una visión de juego única, etc. La falta de regularidad que, en ocasiones, se les pueda achacar es algo subsanable con el tiempo.
En White Hart Lane ambos intentarán imponer su ley, convertirse en rey, pero solo podrá quedar uno. Alli, al estar en la disputa de la Premier, tendrá más presión que Mahrez, pero el MVP de la pasada Premier ya ha demostrado ser capaz de sorprendernos de cualquier forma. Será un partido para disfrutar.