El Manchester City ha fichado a Pep Guardiola y le ha otorgado poder total en el área deportiva con un objetivo bien definido: ganar la Champions League. Para ello decidieron crear un proyecto allá por 2012 con Txiki Begiristain y Ferrán Soriano (desde 2008) tratando de instaurar un modelo deportivo ganador como el que Johan Cruyff impuso en Barcelona.
No era tarea fácil. La Premier League es una liga caracterizada por la competitividad y los skyblues necesitarían invertir una ingente cantidad de millones para formar una plantilla a la altura de las circunstancias. El entrenador era Roberto Mancini desde el año 2009 por lo que era una tarea menos a realizar y los objetivos en el mercado más claros que si el proyecto comenzase desde cero.
En la primera temporada de Txiki, 2012/13, invirtió aproximadamente 70 millones e ingresó la mitad por lo que el desembolso no fue desproporcionado. Sus objetivos, apuestas jóvenes a buen precio que poder pulir e imprimir el estilo. En la línea del Barcelona. Futbolistas como Scott Sinclair, Javi García o Jack Rodwell que nunca llegaron a encajar en el club. El fichaje más caro y rentable- ese año fue Fernandinho (30 millones) y aún hoy en día el brasileño es pieza clave en el esquema de Guardiola en la difícil posición de ‘5’.
No fue una buena temporada y Roberto Mancini dijo adiós. Su sustituto fue Manuel Pellegrini y las esperanzas de disfrutar de un juego atractivo, de ataque, y competitivo en Europa -el precedente del chileno en Villarreal era magnífico- estaban por todo lo alto en el Etihad Stadium. La ventana de traspasos previa a la temporada 2013/14 estuvo claramente enfocada a reforzar la delantera; Jesús Navas, Stevan Jovetic y Álvaro Negredo costaron aproximadamente 60 millones para paliar la dura baja de Carlos Tévez, rumbo a la Juventus por 12 ‘kilos’. Grandes inversiones pero tan solo Navas continúa en la plantilla actual y su rol es secundario para Pep. Sin embargo, el Manchester City conquistó la Premier esa temporada gracias al inoportuno resbalón de Steven Gerrard.
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Como vigente campeón inglés, el conjunto celeste afrontaba la temporada 2014/15 con la necesidad de pulir sus problemas defensivos si quería competir en la Champions de verdad (luego llegarían Messi, Neymar y Luis Suárez para romper ese sueño a las primeras de cambio). 80 millones -32 por Eliaquim Mangala para que sea cedido al Valencia porque no convence a Pep- con el objetivo de dotar de profundidad de banquillo y optar a todos los títulos. De ellos solo Fernando y Willy Caballero continúan en el equipo actual y con rol de suplente. No fue un gran año, es más, fue pésimo y el dueño prometió grandes inversiones.
Y así llegamos a la temporada 2015/16, la pasada, la última de Manuel Pellegrini en el banquillo del Etihad y un gasto de casi 140 millones de euros. Una salvajada. Eso sí, futbolistas clave en el actual esquema y estilo de juego combinativo de Guardiola como son Otamendi, Sterling o De Bruyne. También apuestas de futuro como Patrick Roberts, cedido en el Celtic, con una progresión interesante y rebaja de overbooking, especialmente en la delantera, con ventas importantes de Negredo, Dzeko o Jovetic. El City ganó la Copa de la Liga y fue semifinalista de Champions aunque su actuación fue testimonial, ni siquiera tiró entre los tres palos en esa eliminatoria. Un equipo frágil, inofensivo, sin alma.
Y para arreglar este derroche de petrodólares y hacer del Manchester City un equipo grande de verdad llegó Pep Guardiola. Una ilusión sin precedentes en la hinchada del Etihad, el salvador que esperan haga que se sientan orgullosos de su equipo. Pero el técnico de Sampedor no es barato, y no hablamos solo de su ficha; Stones, Gündogan, Sané, Nolito y Claudio Bravo han costado más de 100 millones de euros que, sumados a los aproximadamente 400 invertidos en este proyecto hacen un total de medio millar de millones de euros. No intenten imaginar cuánto es, se volverán locos. ¿500 millones valen una Champions? Pregunta con doble sentido; por un lado, ¿han servido para formar un equipo competitivo capaz de levantar la orejona? Y por otro, ¿será rentable tal desembolso por un título en caso de conseguirse?