Ilusión en Anfield añorando épocas doradas

Esteban GÓMEZ – En mitad de una de las mejores Premier League de la última década aparece el escudo del Liverpool. Un club que está logrando una más que meritoria temporada, con cifras goleadoras de lo más competitivas, altas, pero que en materia deportiva no se está traduciendo en opciones directas de poder acabar campeón en Inglaterra.

La búsqueda por reconquistar el terreno local, doméstico, liguero, de los Reds es uno de los objetivos. Las grandes noches, la gloria, el oro que reluce en las vitrinas de Anfield, en los últimos años llegaron desde la Liga de Campeones (con la mítica Final de Estambul, en 2005) o desde los torneos coperos (Capital One en 2000/01, 2002/03, 2011/12 y FA Cup 2000/01, 2005/06). Sin embargo, en el Liverpool no conocen la sensación de ganar la Liga Inglesa bajo la denominación de Premier League (instaurada en 1992, por una mejoría en materia de derechos televisivos), puesto que su último título liguero está fechado en la temporada 1989/90, cuando la máxima competición británica era conocida como First Division.

El Liverpool ha conseguido resultados importantes en las dos últimas semanas, que les han hecho volver a la pelea, volver a estar en contacto directo con la competitividad del torneo. En cuarta posición, sí es cierto que sus 6 puntos respecto al líder no es una diferencia inalcanzable, pero viendo el nivel de los tres primeros con Chelsea, Manchester City y Arsenal desde el pasado mes de Agosto, se convierte en una tarea, a priori, nada fácil. Nada es imposible. A eso se aferran en Anfield. Más tras ver el rendimiento de los Reds en las grandes citas esta temporada.

Los de Brendan Rodgers son el segundo máximo goleador del torneo inglés, con 63 goles, sólo superados por el Manchester City de Manuel Pellegrini con 68 (sumando dos partidos consecutivos sin marcar). Pero, de momento, no es suficiente, puesto que son cuartos clasificados.

El aspecto goleador es, sin duda alguna, uno de sus puntos fuertes, donde destacan claramente Daniel Sturridge y Luis Suárez en la delantera. Entre ambos jugadores suman un total de 38 goles en Premier League, más goles que 15 equipos de la Liga Inglesa, lo que dice mucho de la gran temporada del club del Merseyside.

Analizando su temporada aparecen detalles interesantes, dignos de un equipo que (por el momento) pelea por un puesto de Liga de Campeones y, quién sabe, opta por pelear el título en la recta final. A simple vista, temporada positiva, ya que de los 25 partidos sólo han perdido 5, sumando además 15 victorias y 5 empates.

Sin embargo, cuando se ha enfrentado a clubes potentes, competitivos, en partidos de gran cartel, esos que centran miles de focos sobre un terreno de juego, su potencial ha explotado, dejando claro que la presión no les afecta, sino todo lo contrario. Así, frente a Manchester United (1-0), Tottenham (0-5), Everton (4-0) o Arsenal (5-1) su potencial se ha visto maximizado.

Evidentemente, no todo han sido sonrisas, ya que frente a Manchester City o Chelsea, entre otros, cayeron derrotados, echando por tierra, quizás, la igualdad clasificatoria que había. Es decir, 2 derrotas frente a dos de los tres primeros, 6 puntos menos y casualmente es la misma diferencia respecto al líder.

Comienza la recta final y, tras 2 tropiezos seguidos del Manchester City, también 2 tropiezos del Arsenal en las últimas 3 jornadas, han hecho que el Chelsea de Jose Mourinho (quienes se han presentado como las regulares de las últimas semanas) se hayan convertido en líderes de la competición.

Pese a todo, los Reds siguen manteniendo esperanzas viendo el nivel goleador del equipo, con un Luis Suárez que se ha convertido en uno de los grandes delanteros de la temporada en Europa, esperanzas viendo el rendimiento del equipo en grandes citas de alto nivel, y viendo que, pese a todo, la distancia respecto al líder es de sólo 6 puntos.

A 4 puntos del Manchester City, tercer clasificado, a 5 del Arsenal, segundo, y a 6 del líder, Chelsea. Esos son los objetivos a corto plazo que debe superar el Liverpool para acabar la temporada como campeones, más de veinte años después.